Écija
El pasado señorial de Écija nos ha legado una ciudad dominada por sus grandiosas torres y cúpulas barrocas. Su zona monumental invita al visitante a pasear por sus plazas y calles, y entrar en sus palacios, iglesias, conventos,… para admirar uno de los centros artísticos más importantes de Andalucía.
Destacar como monumentos más relevantes de Écija al Palacio de Peñaflor (XVI-XVIII) con una imponente fachada decorada con pinturas al fresco; el Palacio de Benamejí, sede actual del Museo Histórico Municipal, que conserva y expone importantes piezas arqueológicas como la Amazona herida y mosaicos romanos; el Palacio de Valdehermoso, decorado con interesante portada plateresca del siglo XVI; el Palacio de Santaella y el Museo Casa-Palacio de Palma, donde se pueden contemplar sus magníficos artesonados de lacería mudéjar y mobiliario del siglo XIX.
En lo que a la arquitectura religiosa se refiere, enumerar varios templos como la Iglesia de Santiago, construcción gótico-mudéjar del s. XV o la Iglesia Mayor de Santa Cruz. Otro templo relevante es la Iglesia de la Concepción, conocida como ‘El Hospitalito’ que también dispone de un valioso artesonado de lacería mudéjar del S. XVI. La Iglesia de Santa María, construida en la transición del estilo barroco al neoclásico, y que tiene en su capilla sacramental y la colección arqueológica sus atractivos más relevantes.
Destacar también la Iglesia de “los Descalzos” imponente joya del barroco andaluz.
Para finalizar nuestro recorrido, sugerimos visitar la Iglesia de San Juan, cuya torre barroca es, en opinión de muchos ecijanos, la más emblemática del conjunto astigitano.
Historia
El primer poblamiento estable conocido en el espacio que hoy ocupa Écija se remonta al s. IX a.C., entre la Edad del Bronce Final y el período del Hierro I. Testimonios literarios y epigráficos que conservamos demuestran que el nombre de esta población indígena sería Astigi, que prolongó su existencia desde la época turdetana hasta la fundación de la colonia romana en el s. I a.C. Hacia el 14 a.C. el emperador Augusto fundó la colonia Augusta Firma, alcanzando un notable desarrollo. En época tardoantigua, Astigi fue una de las principales poblaciones de Hispania. En 711 fue conocida como Istiyya. En 1240 se entregó al rey Fernando III, y a principios del s. XV Enrique III le otorgó el título de ciudad. Durante la guerra de Granada, Écija fue sede de la Corte en varias ocasiones y, en 1521, se unió a otras poblaciones andaluzas apoyando a la Corona contra los Comuneros castellanos, lo que le mereció el título de Muy Noble y Muy Leal.
En la Edad Moderna, Écija experimentó una importante actividad artesanal, y del s. XVI al XVIII los gremios carniceros, curtidores, etc. alcanzaron protagonismo. Gracias a esa actividad económica, se produjo el esplendor de la arquitectura barroca, aún conservada en testimonios de todo tipo, privados y religiosos. El s. XIX y la Revolución Industrial propiciaron el ferrocarril Écija-Marchena y la primera fábrica de luz. En el s. XX se realizaron importantes reformas urbanísticas: apertura de la Avda. Miguel de Cervantes y transformación en bulevar de un tramo de la antigua carretera nacional IV. En 1966, el municipio astigitano es declarado Conjunto Histórico-artístico, reconocimiento que obligó a redactar un Plan Especial de Protección del área afectada por la citada declaración.
Personajes destacados
Pablo de Aroca, bandolero.
Luis Vélez de Guevara, dramaturgo y novelista.
Fernando Valero y Toledano, tenor.
Jaime Ostos Carmona, matador de toros.
Manuel Ostos y Ostos, escritor.
Benito Mas y Prat, escritor.
José Más, novelista.
Lope de Medina Chirinos, escultor.