Manuel Torre
Nombre completo
Fecha de nacimiento
Lugar de nacimiento
Biografía
Manuel Soto Loreto, el Torre, nació en la jerezana calle Álamos, número 21, el día 4 de diciembre de 1880 y murió el 21 de julio de 1933 en la sevillana calle Amapola número 4 rodeado de sus galgos, sus gallos y su familia La procedencia de su apodo es incierta, pues no está claro si es Torres o Torre Su padre fue manigero de la finca Las Torres, entre Algeciras y Los Barrios, pero también se dice que el sobrenombre le viene por su gran altura, pues medía 1,78. Creció escuchando cante a todas horas. No en vano, el magnífico seguiriyero jerezano Joaquín Lacherna era hermano de su madre. Su padre quiso convertirlo, pese a todo, en matarife o pescadero, pero no lo consiguió. Desde muy niño, el Torretrabajó en los cafés cantantes de Jerez, como el de la Vera Cruz, el de Juan Junquera y La Primera. Tenía sólo 12 años cuando salió por primera vez de Santiago y San Miguel para cantar en una fiesta en Lebrija acompañado por Javier Molina.
Antonio Chacón se lo llevó a Sevilla a su vuelta de Zaragoza, donde había hecho el servicio militar. Se presentó en El Novedades junto a La Serrana, hija del mítico seguiriyero Paco la Luz. Por aquel entonces el fuerte de Manuel eran los tangos. En 1909 grabó sus primeros discos para Odeón con el acompañamiento del gaditano Juan Gandulla Habichuela.
Fue un mujeriego contrastado, al que se le atribuyen multitud de romances. Tuvo dos mujeres oficiales: la bailaora Antonia La Gamba, con la que tuvo dos hijos, Juan y Tomás, y María Loreto, madre de cinco niñas: Tomasa (que se casó con Perrate), María, Amparo, Gabriela y Consuelo.
Participó como artista invitado en el Concurso de Granada de 1922, donde cimentó su relación con Federico García Lorca, quien escribió de él cosas como que "es el hombre con más cultura en la sangre que he conocido", que es el faraón del canta, que rompía el azogue de los espejos, que emitía "soníos negros" o que era la representación del duende. Allí en Granada grabó el Torre dos discos más.
Siempre tuvo mucho miedo a los grandes escenarios, por lo que se negó a participar muchas veces en los espectáculos de la ópera flamenca, pero terminó cediendo a muchas ofertas. En 1928 graba otra vez para Odeón con la guitarra de Miguel Borrull hijo. Un año después deja impresa su legendaria seguiriya, mamada de Curro Durse, "Eran los días señalaítos", para el sello Gramófono. Recrea su versión de los Campanilleros, un cante del Rosario de la Aurora que Manuel había escuchado en una fiesta a un galeno onubense y que convirtió en estilo flamenco una noche en Sevilla junto al Niño Ricardo, El Gloria y el torero El Niño de Palma.
Manolo Caracol aprovecha su fama y se lo lleva de gira El Majareta, como también se le conoció por su extraña afición a los galgos y los gallos de pelea, es presentado como el Rey del Cante Gitano. Pero cuando más fama adquiere, una tuberculosis le hacina en la calle Amapola, donde acabará sus días envuelto en la miseria. Tanto es así, que Pepe Marchena tuvo que organizar un recital a beneficio, en la Plaza de Toros de Sevilla y trajo coches de caballos de Jerez, para el entierro. Pero antes de todo esto dejó 51 cantes grabados y, sobre todo, una leyenda acrecentada por la admiración que le tuvo Antonio Mairena, su principal valedor en los últimos tiempos. Grabó en total 26 discos, uno de ellos al alimón con La Serrana. Sin embargo, justo es decir que estas grabaciones no le hacen justicia, aunque muestran a un seguiriyero monumental sin rival en la historia.