Estaciones del Vía Crucis
En Istán se conservan las estaciones del Vía Crucis, camino compuesto por sencillas y pequeñas cruces que se albergan en huecos realizados en las fachadas de casas de la localidad. Algunas de estas cruces permanecen en lugares originales y en su estado primitivo, mientras que otras han sido reformadas a medida que lo han sido también las fachadas que las albergaban.
Reminiscencia de la religiosidad popular de los primeros pobladores cristianos de Istán, estas cruces, cuyos antecedentes se fijan en la cultura levantina, aparecen repartidas por todo el casco urbano. Marcan las estaciones del Vía Crucis como una forma de expresión religiosa de aquellos vecinos que carecían de imágenes en la iglesia. Vinculadas a la cofradía de la Vera Cruz, hasta principios del siglo XIX, cada viernes de cuaresma, Penitenciados y Flagelantes salían por la noche cubiertos con capas, arrastrando cadenas en los pies y provistos con lanzas, arrodillándose en cada una de las estaciones para cumplir la penitencia.
De todas ellas, sólo la denominada “Cruz de los Mozos” no pertenece al Vía Crucis. Su denominación arranca del siglo XVI y fue puesta en ese enclave para santificar el antiguo solar de la mezquita. Se supone que fue llamada así por ser centro de reunión de los muchachos cuando acudían a la escuela coránica.