Ambas son formas de vuelo libre sin motor que se basan en el impulso que proporcionan las corrientes térmicas generadas por el calentamiento de las masas de aire.

El humanista, científico y químico malagueño Abás Ibn Firnas fue el inventor del ala delta, mecanismo con el que se ha conseguido recorrer distancias de hasta casi 1.000 kilómetros aprovechando las corrientes de aire, con las que el piloto puede mantenerse en vuelo durante largos periodos y realizar diferentes acrobacias. 

El parapente es una modalidad deportiva surgida a finales de los años 70, cuando dos montañeros desplegaron sus paracaídas para descender, planeando, desde la cima que acababan de subir.

Precauciones y recomendaciones

Hay que conocer las condiciones meteorológicas, especialmente las eólicas, su intensidad y su dirección, así como el terreno que quieras sobrevolar.

Otra recomendación es realizar un plan de vuelo previo e intentar seguirlo durante todo el trayecto. También hay que comprobar el estado del equipo y seguir al pie de la letra las instrucciones de los pilotos experimentados.

Equipo necesario

El equipo obligatorio para la práctica del ala delta está formado por el arnés, el casco, el paracaídas de emergencia y un doble cuelgue de seguridad.

Para la práctica del parapente es necesario contar con un casco adecuado para el vuelo, una silla, con protección dorsal preferiblemente, un paracaídas de emergencia, botas con protección para los tobillos y una vestimenta apropiada y cómoda, como puede ser un mono de vuelo y unos guantes.

Además, los deportistas pueden completar el equipamiento con algunos complementos como son mapas de la zona, una brújula, una bengala de emergencia, así como agua y alimentos.