Convento de Santa Ana
La construcción del Convento de Santa Ana en Villanueva del Arzobispo se realizó gracias al mecenazgo de fray Domingo de Baltanás y Mexía, fundador de cerca de una docena de conventos en Andalucía.
El convento se comenzó a construir en 1539, instaurándose en 1540. Fue edificado sobre una propiedad de la familia Baltanás, en un área urbana próxima al primitivo asentamiento fortificado de la baja Edad Media. Se creó un patronato propiedad de los herederos de la familia que obtuvo el derecho a entierro en la capilla mayor del templo conventual, que fue ampliándose a lo largo de los años con sucesivas compras de propiedades cercanas, agudizándose en el siglo XVIII, cuando se abrió una plaza previa que permitía la celebración de actos religiosos.
Desde el punto de vista artístico destacan por su considerable valor:
El Claustro, de estilo renacentista de mediados del siglo XVI, en torno al cual se encuentran las distintas dependencias: refectorio, enfermería, noviciado, celdas de reposo y retiro. En la parte central del claustro existe una fuente octogonal labrada en piedra, del año 1711.
La iglesia conventual, de estilo barroco, planta de cajón y dividida en cuatro tramos. El primero corresponde al coro, alto y bajo, estando el alto cerrado con una preciosa celosía de madera. En los otros tres tramos destacan sus decorados con yeserías. En el retablo mayor se encuentra la imagen de Santa Ana.
Se concluyó en 1565 aunque sobre la portada de la misma, en una hornacina, puede leerse la fecha de 1651, correspondiente a una de las numerosas reformas que ha sufrido.