Vélez-Blanco
Municipio situado al norte de la provincia, en la comarca de los Vélez, incluido en el Parque Natural de la Sierra de María-Los Vélez, caracterizado por su clima mediterráneo continental, por sus montañas agrestes de materiales calizos y dolomíticos, por sus masas forestales de pinares y encinas, y por la riqueza arqueológica de sus yacimientos y cuevas como lo demuestran la existencia en este municipio de la Cueva de Ambrosio, importante yacimiento del Neolítico, las pinturas rupestres de los abrigos de Santonge, de los Calares de Leria, la de Gabar y sobre todo la Cueva de los Letreros, declarada Monumento Nacional, y donde se encuentra la pintura que se ha convertido en el símbolo de Almería: el Indalo.
Además de esta impresionante riqueza, cuenta el pueblo con una estructura urbana heredada de la época árabe, muy bien conservada y cuidada, que se corresponde con la belleza de todo el conjunto, presidido por el impresionante Castillo renacentista de Vélez-Blanco, del que sólo queda la parte exterior pues la ornamentación interior fue vendida por sus propietarios a un anticuario francés en 1903.
Historia
Villa situada en el extremo norte de la provincia, en el límite con la provincia de Murcia. Su término municipal es un lugar de asentamiento continuado desde los tiempos prehistóricos. La mejor representación del Paleolítico Superior y del Neolítico se encuentra en la Cueva de Ambrosio. En cuanto a la pintura rupestre destacan los abrigos de Santonge y sobretodo la Cueva de los Letreros, declarada Monumento Nacional.
Las primeras manifestaciones de los pueblos ibéricos datan de los siglos VII y VI a. C. localizados en cerros de mediana altura y junto al río o cerca de manantiales de agua. Más tardío será los restos encontrados en el mismo Vélez Blanco.
La época romana se caracteriza por la proliferación de villas por todo el término municipal, su ocupación se extiende en el tiempo desde el siglo I al siglo V.
En el periodo de Al-Andalus continuarán los núcleos anteriores en forma de alquerías y empieza a adquirir importancia el propio Vélez Blanco por su posición estratégica. También empezará aparecer su nombre Velad al-Abyadh. El periodo nazarí ve potenciada su capacidad defensiva para reforzar las fronteras del Reino de Granada. En el siglo XIV aparece como fortaleza inexpugnable por su solidez y por su doble recinto de murallas.
Tras la conquista cristiana, Isabel la Católica cede la villa en el 1503 a don Pedro Fajardo, éste la convierte en cabeza de su señorío. El castillo se construirá entre los años 1505 y 1516 en el que se incluiría la antigua alcazaba árabe.
Terminada la Guerra de las Alpujarras (1568-1570), los moriscos que quedaron fueron repartidos fuera del Reino de Granada. Vélez Blanco quedaría despoblado y la repoblación se llegó a cabo en el año 1574 con doscientos pobladores procedentes en su mayoría del Levante.
Durante los siglos XVII y XVIII se consolidarán los nuevos pobladores ampliándose el casco urbano y afianzando sus costumbres y formas de cultivo que cambiará en parte su paisaje. El siglo XIX traerá nuevos aires con la abolición de los señoríos; la ampliación de la zona industrial con nuevos molinos harineros, fábricas de hilaturas y tejidos; y esta comarca sería de las primeras en ser incluidas en el servicio de repoblación forestal creado en el 1888. El predomino administrativo de la comarca pasará a Vélez Rubio.
Con los inicios del siglo XX se desmantela el castillo con la venta de la ornamentación interior a un anticuario francés, hoy día se puede contemplar en el Museo Metropolitano de Nueva York. El declive demográfico de la segunda mitad del siglo, se empieza a parar hoy día e incluso se observa un incremento, hecho que nos revela de una sociedad dinámica que afrenta con ilusión los años venideros.
Personajes destacados
Federico de Motos, arqueólogo.
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