Localizada muy cerca de la entrada a Valdepeñas de Jaén desde la capital, el origen de la Ermita de San Sebastián se remonta al siglo XVI-XVII. Su fisonomía actual es obra de una intervención posterior, de Fray Diego Melo de Portugal, en 1807.
Su fachada, sobria y de sillería, está decorada en su parte superior con el escudo del obispo Fray Diego Melo y con un característico reloj de sol. En las jambas de la puerta podemos observar unas muescas profundas. Hay quién dice que es obra del roce de los carros, al pasar, pues la ermita se usó como almacén de abono hasta época bien reciente; pero otros afirman que la causa está en que se utilizó la piedra para afilar diferentes herramientas.
Interiormente presenta una estructura sencilla, de cruz latina y cubierta con bóveda de cañón. La nave central está decorada con pilastras pareadas rematadas con capitel corintio.
Anejo, la ermita aún conserva el cementerio viejo que fue utilizado hasta los años cincuenta del siglo XX. Allí reposan los restos del ‘Santo Luisico’, sanador y santón muy reconocido en la comarca y parte fundamental de la Ruta de los Milagros de la Sierra Sur.