Arco de la Villa de Utrera

El Arco de la Villa, recientemente restaurado, es una de las puertas de la segunda muralla, construida tras la destrucción de Utrera en 1368 y que protegió a la ciudad desde finales del siglo XIV.

La estructura actual del Arco de la Villa presenta vanos apuntados y una capilla barroca en el piso alto.

La nueva muralla quedó reflejada en el plano existente en la Iglesia de Santa María fechado en 1767, denominado “Plan de la Villa de Utrera dentro de las murallas”, donde aparecen los edificios civiles y religiosos y la situación de la muralla en el siglo XVIII. Ésta protegía una zona de unas 18 hectáreas y se situaba en torno a las calles Cristo de los Afligidos, Roncesvalles, Álvarez Hazaña, Plaza del Altozano y Plaza de la Constitución, adosándose al Castillo por los costados norte y oeste.

En el citado plano se representa el Castillo y el recinto amurallado con 38 torres y cuatro puertas: Puerta de Sevilla al Norte, Puerta de la Villa al Sur, conocido popularmente como “Arco de la Villa”, Puerta de San Juan al Este y Puerta de Jerez al Oeste.

Posteriormente, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI, se abriría el portillo del Niño Perdido situado en la calle Álvarez Hazaña, en la pequeña judería de Utrera, donde se encuentran restos de la sinagoga que, a lo largo de su historia, ha sido transformada para diferentes usos.