Úbeda y Baeza, ciudades con genio
Cuando paseamos por unas callejas de trama andalusí y alguna reminiscencia judía, cuando nos paramos un instante ante sus palacios renacentistas, la ciudad de Úbeda parece evocarnos a dos de sus enormes figuras de la cultura de entre siglos: Joaquín Sabina y Antonio Muñoz Molina. Sus versos, sus mensajes, están ahí, envolviéndonos. El cantante se oye en la calle y nos susurra junto a la barra de un bar; el novelista nos introduce en los misterios de Mágina, su ciudad real e imaginaria, la manera en que renombró a su universo. La vecina y hermana Baeza tuvo el honor de acoger a un gigante de las letras, Antonio Machado, a quien le gustaba pasear de una a otra ciudad, ambas con genio. Sabia decisión.
El viejo Instituto de Bachillerato, antigua Universidad de Baeza (1538), acogió a un profesor que huía de la vida, a un Machado destrozado por la muerte de su esposa. En el lugar, es posible visitar el aula donde impartía clases de gramática francesa, que se conserva tal cual estaba en tiempos de Machado. La emoción te embargará el corazón cuando revivas el justo momento en que Federico García Lorca se entrevistó con el maestro en ese mismo lugar, justamente cuando el granadino decidió ser poeta a los 18 años.
Machado terminó enamorado de una tierra que llegó a conocer con profundidad… y bien quererla. El viajero puede pasear hasta Úbeda, algo que el intelectual hacía con frecuencia, pero en la misma Baeza hay otros enclaves que nos hablan de su presencia, como la casa donde vivió en la calle Gaspar Becerra, su estatua sedente junto al Casino Nuevo o el paseo que lleva su nombre, que ofrece unas panorámicas excepcionales de la campiña y Sierra Mágina.
Los aficionados a Joaquín Sabina peregrinan a Calle Melancolía, la taberna que tanto frecuentó y donde podrán observar fotos del entonces joven ubetense con sus amigos de aquella época, o dibujos del cantante acompañando letras y poemas. Exhiben incluso el recordatorio de su primera comunión, la de Joaquín Martínez Sabina, un chico del barrio. La parroquia de San Lorenzo, recientemente restaurada y "abierta por obras", es escenario y eje central de las jornadas "Sabina pasaba por aquí", un ambicioso programa cultural que gira en torno a la figura del cantante.
Aunque Mágina es el bello macizo montañoso que se observa desde los miradores de Úbeda, también es la ciudad imaginada en las novelas del escritor Antonio Muñoz Molina, Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pero, en realidad, Mágina es Úbeda, la ciudad en la que nació en 1956, en el barrio de San Lorenzo. En este lugar de su infancia, y teniendo como escenario algunos de los monumentos de la urbe como la Casa de las Torres, se plantea buena parte de la trama de El jinete polaco y de la novela El viento de la luna. La ronda que circunvala las murallas lleva ahora el nombre del escritor.
Sin duda, para el amante de la cultura es otra forma novedosa y creativa de conocer dos ciudades inevitables en una magnífica ruta por Andalucía.