Huella de carbono y huella ecológica
La huella de carbono cuantifica la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs) que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad, lo que nos permite identificar todas las fuentes de emisiones y establecer así medidas de reducción efectivas. Reducir la huella de carbono de se está convirtiendo en un reto cada vez más acuciante.
Los viajes son una de las actividades humanas que emiten carbono a la atmósfera, especialmente si se hace uso del desplazamiento aéreo. El transporte, la comida, las compras, el alojamiento, todo tiene su huella de carbono.
No hay que confundir lo anterior con la huella ecológica, cuyo índice sirve para calcular el equivalente de superficie productiva que se necesita para mantener nuestra forma de vida. Se trata de un concepto que mide la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano, así como para absorber los residuos que genera.