Tajos del Río Alhama y manantiales termales de Alhama de Granada
Los parajes montañosos de las sierras granadinas han cautivado a viajeros y visitantes desde tiempos antiquísimos y el pueblo de Alhama, situado a los pies de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, da fe de ello.
La localidad es un escenario ideal para aquellos que deseen hacer una escapada y conocer los pueblos de la zona, practicar senderismo o disfrutar de una sesión de relax. Y es que los dos principales atractivos del municipio son los Tajos del río Alhama y sus famosas fuentes de aguas termales.
Esta antigua e importante plaza del antiguo reino nazarí cuenta con un llamativo conjunto de cañones y tajos de arenisca, espectaculares hendiduras en la tierra formadas por la erosión del río y los desprendimientos de roca. La misma ciudad es el mejor lugar donde el visitante puede admirar su formidable desfiladero de cincuenta metros de profundidad.
Desde los balcones y miradores habilitados, la vista se pierde entre la frondosidad de los sauces, olmos y mimbres, árboles de ribera que salpican de vegetación el curso de un río que dibuja un paisaje idílico.
En árabe, el nombre del pueblo significa "aguas calientes" y es que el prestigio de sus manantiales termales es conocido desde que los romanos llegaron estas tierras. El bienestar que regalan sus piscinas naturales es el broche perfecto para un largo día de caminata, pues sus aguas se mantienen durante todo el año en unos agradables 47º grados. Además de relajantes, se consideran terapéuticas y muy recomendadas para el tratamiento de ciertas dolencias.
Sin embargo, las aguas no son el único regalo que el pueblo atesora. Cuenta con monumentos religiosos como la Iglesia del Carmen, que data del siglo XVII y aún se conserva como lugar de culto, o la Iglesia de la Encarnación, que se construyó sobre los restos de una antigua mezquita tras la conquista cristiana. Otros puntos de interés son la Casa de la Inquisición, la antigua Cárcel y el Museo Etnográfico Velutti.
