Sierra de Andújar, un tesoro natural y patrimonial escondido en Jaén
En el norte de la provincia de Jaén, la Sierra de Andújar se presenta como un lugar desconocido en el que la naturaleza, cultura y tradiciones se funden en un solo parque natural que presenta atractivos para cada tipo de viajero.
En España aún existen parajes en el que el hombre y la naturaleza consiguen convivir en un equilibrio que tras alcanzar una fragilidad extrema, parece afianzarse con medidas que protegen el hábitat natural en el que flora y fauna se desarrollan en relativa tranquilidad. El jienense parque natural de la Sierra de Andújar es una buena prueba de ello.
Solo así se puede explicar que este lugar se haya convertido en el verdadero hogar del lince ibérico, la especie animal más icónica de nuestro país y uno de los felinos más amenazados de extinción en el planeta.
Pero no es el lince el único animal que habita entre los bosques de encinas, alcornoques y pinos de la Sierra de Andújar. Aquí también encontrarás ciervos rojos, gamos, muflones, jabalíes y distintas especies de aves, todo ello acompañado de embalses, ríos y uno de los santuarios más importantes de Andalucía, y aderezado con una sabrosa gastronomía que ofrece platos típicos de montaña. ¿Alguien da más?
Otoño en la Sierra de Andújar, época mágica para visitarla
Exploramos la Sierra de Andújar a finales de octubre. Según nos contó Tomás, quien nos atendió amable y profesionalmente en el Centro de Visitantes Viñas de Peñallana, es una de las mejores épocas del año para visitar este maravilloso parque natural.
Y es que en otoño las temperaturas son agradables - evitando el tórrido calor veraniego y el frío invernal - y las posibilidades de inesperadas lluvias suelen ser menores que en primavera.
Además, entre finales de septiembre y el mes de octubre se produce también el espectacular fenómeno salvaje de la berrea, cuando los ciervos rojos entran en celo y los machos emiten sonidos guturales (berreos) para atraer a las hembras y dictaminar su dominio sobre un territorio.
Otro motivo para visitar el parque natural de la Sierra de Andújar en otoño es que encontrarás menos gente que en primavera o verano, sorprendiéndote al poder disfrutar de auténticas bellezas naturales prácticamente en soledad.
Ciervos en Andújar
Tras la información que nos dio el bueno de Tomás, decidimos variar nuestros planes iniciales y buscar la pista de tierra que nos llevaría al mirador del Embalse del Jándula.
Según nos dijo, ese recorrido nos permitiría ver un buen número de ciervos rojos y, si teníamos mucha suerte y nos parábamos a observar en algún punto elevado sobre los campos, también podríamos encontrarnos con el deseado y escurridizo lince ibérico.
En lo primero tuvo toda la razón y lo segundo no lo pudimos intentar por falta de tiempo. Sin embargo, si queréis tener muchas más posibilidades de ver un lince ibérico, siempre podéis contratar los tours de avistamiento que organizan empresas especializadas. No son baratos, pero casi te garantizan el éxito.
Siguiendo sus instrucciones condujimos por la carretera en dirección al Santuario de la Virgen de la Cabeza y nos desviamos a la derecha a la altura del famoso restaurante Los Pinos, el más popular de la zona.
Ahí la carretera, aunque aún asfaltada, se estrechaba y pasaba por una sucesión de bellas y tranquilas casas de campo. Algo más allá, las casas desaparecieron y los campos de encinas aparecieron como por arte de magia.
No tardamos más de cinco minutos en ver los primeros ciervos. Primero divisamos hembras con sus crías, pero poco después escuchamos un inconfundible berrido. Siguiendo ese sonido, finalmente encontramos un macho de poderosa cornamenta. Nadie, salvo nosotros, acudía a su llamada. Quizás solo estaba pregonando a los cuatro vientos que él era el dueño y señor de aquellas tierras.
El lince ibérico en Andújar
Aunque no tuvimos la suerte de encontrarnos con un lince ibérico es digno de reseñar el espectacular trabajo de conservación que con esta especie se ha realizado en el parque natural de la Sierra de Andújar.
Hoy en día, se estima que habitan unos mil ejemplares en el parque, la mayor población que existe en el mundo.
Esto se ha logrado gracias a la toma de medidas orientadas a recuperar la población de conejo (principal alimento del lince) en la sierra, reducir la tasa de atropellos, reducir la caza furtiva, minorar el impacto de las enfermedades y aumentar la variedad genética.
Para encontrar un lince ibérico, debes tener paciencia. Algunos de la sierra de Andújar donde puedes tener más posibilidades de verlo son:
- El último tramo del Camino de la Lancha.
- Área recreativa del Encinarejo.
- Embalse del Encinarejo desde la orilla norte.
- Miradores de la zona sur del parque natural.
- Sendero del Jabalí.
- Área recreativa Lugar Nuevo.
Miradores y embalses
Siguiendo por la ruta de tierra conseguimos llegar al mirador del Embalse del Jándula, que es alimentado por uno de los ríos más bellos que cruzan el parque natural de la Sierra de Andújar.
En el camino, nos encontramos con un buen número de casetas de observación, donde algunos domingueros madrugadores se encontraban apostados, equipados con prismáticos y grandes teleobjetivos, para otear tanto los campos como los cielos.
Y es que los cielos del parque son el territorio de más de 178 especies distintas de aves. Más del 48% de las aves presentes en España se hallan representadas en esta sierra jienense. Algunas de las más deseadas por los ornitólogos, son el buitre negro (del que vimos varios ejemplares en las alturas), el águila real y el águila imperial, las cuales cuentan con una gran densidad de población aquí.
El embalse del Jándula no es el único que visitamos, ya que nos acercamos también el Embalse del Encinarejo, que se halla equipado con un sinfín de mesas y barbacoas junto al río, convirtiéndolo en lugar ideal para pasar un día en familia o con amigos.
Además, las mesas está muy separadas entre sí, y perfectamente integradas en la naturaleza, sin resultar invasivas.
En la zona existen varios senderos que te permiten internarte en la naturaleza, visitar la presa o llegar a puestos de observación de aves.
Santuario de la Virgen de la Cabeza
Dominando un cerro que regala vistas espectaculares al parque natural de la Sierra de Andújar, se encuentra la Basílica y Real Santuario de la Santísima Virgen de la Cabeza.
Este es el segundo centro de peregrinaje más popular de Andalucía, solo superado por El Rocío.
El santuario se construyó a finales del siglo XIII, siendo remodelado a finales del XVI. El origen de la romería a la basílica es algo confuso, pero parecen situarlo en el reinado de los Reyes Católicos, siendo una de las romerías más antiguas de España.
Visitamos el santuario y quedamos impresionados por la belleza del templo, las vistas desde el mirador y esa especie de pueblo que se ha formado en torno a él, con las casas o locales de un sinfín de cofradías de adoradores de la Virgen de la Cabeza, puestos de reliquias (hay incluso máquinas expendedoras de cirios, medallas y otros recuerdos) y souvenirs, restaurantes y demás.
Si quieres ver este lugar en su esplendor, debes acudir a la romería, que se celebra el último fin de semana de abril.
Qué ver en los alrededores de la Sierra de Andújar
El norte de la provincia de Jaén está repleto de lugares interesantes y desconocidos. En nuestro viaje visitamos dos de ellos.
Por un lado, pasamos unas horas en el encantador pueblo de Baños de la Encina, que se encuentra dominado por el imponente castillo de Burgalimar. Se trata de una fortaleza omeya levantada en el siglo X.
Su muralla es robusta y representa una muestra perfecta de las estructuras defensivas musulmanas de la época, pues apenas fue dañada por las acciones del hombre o el paso del tiempo.
Caminar por las estrechas calles medievales del casco histórico de Baños de la Encina nos causó la sensación de haber entrado en una máquina del tiempo.
Una máquina del tiempo que más tarde nos llevaría a visitar uno de los escenarios bélicos más importantes de España: las Navas de Tolosa. En estos campos tuvo lugar, en 1212, la batalla que cambió el signo de la Reconquista. Para aprender todo sobre ella, puedes visitar el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa, que se encuentra en el término municipal de Santa Elena.
Llegamos al lugar al atardecer, cuando los campos se teñían de luces rojizas y anaranjadas, como si la sangre de los guerreros derramada en la batalla emanara de los poros de una tierra que hoy se regocija en una paz que refleja un paisaje sereno y atractivo.
David Escribano - Blog de viajes 'Viajablog'