La Fuente de Sevilla, conocida popularmente con diversos nombres "la Fuente de la Puerta de Jerez, la de niños meones o fuente de la Diosa Hipalis" fue creada por el escultor Manuel Delgado Brackembury con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
El conjunto escultórico está organizado en tres escaños superpuestos y formados por un grupo de niños dispuestos sobre seis tortugas que juegan con un loto gigante que sirve de base a la escultura principal: una dama en trono que simboliza a la ciudad de Sevilla. Las tortugas representan el avance lento y seguro de la ciudad, mientras que la actitud melancólica de la dama es un reflejo de la conciencia del pasado histórico de Sevilla,