Murallas de Sevilla
En Sevilla, las Murallas fueron las cercas militares que rodeaban, y aún rodean, el casco antiguo de la ciudad ya desde época romana, con continuas remodelaciones, especialmente en época islámica y en la posterior reconquista.
La presión de los reyes cristianos durante la Reconquista, fuerza la reconstrucción de lo derribado anteriormente y la construcción de nuevos tramos. Las torres pasan de ser cuadradas a rectangulares primero y, luego, octogonales. Se construye un foso y una antemuralla en numerosas zonas y se ensanchan amplias partes de la línea defensiva. También se edifica extramuros la Torre del Oro y su gemela al otro lado del río, con el fin de defender el puente de barcas, que comunicaba la ciudad con Triana, el Aljarafe y la Sierra Norte, principales proveedores de alimentos de la ciudad.
En el siglo XIII, más de 160 torres (unidas por sus correspondientes murallas a lo largo de siete kilómetros), antemurallas y foso defendían la ciudad del avance cristiano, abarcando una extensión de unas trescientas hectáreas.
Subsistieron en buen estado hasta el siglo XIX, cuando fueron parcialmente derribadas con la revolución de 1868. En la actualidad, el tramo mejor conservado es el que discurre entre La Macarena (incluido el Arco de la Macarena) y la Puerta de Córdoba, donde se conservan algunos lienzos de la muralla en el barrio y en el entorno de los Reales Alcázares.
Acceso libre.
Gratuito.