La Casa de Santa Teresa número 66 de la antigua calle Pajarería (hoy Zaragoza, 60) fue aquella que en 1576 compraran los hermanos de Santa Teresa y el clérigo García Álvarez por seis mil ducados, para acomodo de las seis monjas que acompañaban a la Santa en su labor de fundación de la Orden del Carmelo en Sevilla.
La casa, conservando su fachada y con ligeras modificaciones en su interior, permanece intacta hasta 1882, en que se reforma profundamente. Esta reforma afectó a la distribución interior y fundamentalmente a la fachada, que se construyó con un nuevo diseño, siguiendo los patrones estilísticos de la composición neoclásica, propios de la arquitectura sevillana del siglo XIX (cierros acristalados, balcones, etc. ). En 1924 se vuelve a reformar por Vicente Traver, con el deseo que recuperase su fisonomía más primitiva.