Joyería y orfebrería

Si bien Almería fue una referencia por haber contado con el mayor yacimiento de oro del país (las famosas minas de Rodalquilar, actualmente cerradas), nunca generó una joyería distintiva propia, aunque recientemente en la ciudad de Almería se ha ido desarrollando una importante producción de piezas de coral rojo.

En Cádiz, la ciudad más antigua de Europa, la riqueza de las civilizaciones que se han sucedido, ha dejado evidencias de la tecnología de los metales preciosos, como se observa en las muestras que se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Arqueológico de Cádiz. Además, en los siglos XVI, XVII y XVIII se desarrolló una importante producción de orfebrería religiosa, que ha ido decayendo hasta nuestros días.

La joyería de Córdoba, actividad de gran relieve económico y social en la ciudad, representa la mayor concentración de talleres de España y ofrece una gran experiencia en diseño, desarrollo de producto y creatividad. Es tal su importancia, que la identidad Joya Cordobesa tiene reconocimiento internacional.

Los oficios artesanos de los metales preciosos tuvieron gran relieve en Granada, agrupándose los talleres en el Zacatín y La Alcaicería como principales focos comerciales y artesanos de la ciudad. Hoy día permanece un considerable número de talleres, que suele trabajar por encargo de particulares, dedicándose principalmente a la joyería para complemento personal.

Actualmente los oficios de los metales preciosos cuentan con una presencia reducida en Huelva, pese a la importancia que en épocas pasadas tuvo la provincia por sus yacimientos de minerales.

La provincia de Jaén contó con períodos de gran esplendor hasta el siglo XVIII, aunque actualmente quedan pocos representantes de los oficios artesanos relacionados con los metales preciosos.

Málaga y provincia cuentan hoy con un predominio de joyeros y bisuteros aplicados a nuevas creaciones, quedando todavía una buena representación de lo que fue gran ofrebrería, de carácter religioso, que caracterizó a la Málaga de los siglos XVI, XVII y XVIII.

La obra artística religiosa para la Semana Santa y para los edificios religiosos ha determinado desde hace siglos el esplendor y riqueza de la orfebrería de Sevilla. Y probablemente no exista ningún lugar en Europa en el que se de tal continuidad histórica en un oficio artístico, como sucede con la orfebrería sevillana. En la actualidad, se caracteriza no sólo por su aplicación a piezas religiosas, sino también por los trabajos realizados para la recuperación del Patrimonio Nacional.