Salares
Salares, Árchez, Sedella, Canillas de Albaida, Canillas de Aceituno, Cómpeta, pueblos todos ellos al pie de las impresionantes Sierras de Tejeda y Almijara; pueblos todos ellos moriscos, donde la vid fue el principal cultivo, y aún constituye un elemento destacado en su paisaje y en su economía; forman un grupo de características similares, ejemplo y espejo de la Axarquía auténtica en paisaje, en formas de vida y en historia.
El entramado de sus calles, la arquitectura de sus casas encaladas formando rincones pintorescos e inolvidables les confiere una seña de identidad única hasta tal punto que forman lo que se conoce como la Ruta del Mudéjar.
Del conjunto urbano destaca sobremanera la Torre Alminar de su Iglesia, declarada Monumento Histórico-Artístico.
Historia
Fue un asentamiento romano que había conocido la presencia de fenicios, griegos y cartagineses. Al período romano, en el que se la conocía como Salaria Bastitanorum, se atribuye el puente sobre el río Salares que, a la salida del pueblo, se conserva en perfecto estado y aún se usa.
De la época de dominación musulmana conserva su trazado urbanístico con muy pocas alteraciones. Había en el lugar un pequeño castillo, del que aún se conserva una torre que forma parte de una vivienda llamada la casa del torreón.
La iglesia conserva como campanario el alminar de la antigua mezquita, con paños de sebka y azulejos, así como algunos pilares descubiertos durante su restauración.
Tras la toma de Vélez-Málaga por los Reyes Católicos (1487), los habitantes de Salares se someterán al dominio cristiano. En 1492, los Reyes Católicos conceden el Señorío de Algarrobo, Salares y Benescalera (villa hoy desaparecida) a D. Pedro Enríquez, Adelantado Mayor de Andalucía, pero D. Pedro muere ese mismo año y el Señorío pasará a su viuda por lo que estas tierras se conocerán durante un tiempo como "las de Catalina de Rivera".
Años más tarde, en 1569, protagonizado por los moriscos de Salares, Cútar, Benamargosa, Cómpeta, Sedella, Daimalos y otros pueblos de la Axarquía, se produce en el territorio un movimiento casi generalizado de rebeldía contra el poder establecido; los rebeldes se harán fuertes en el Peñón de Frigiliana donde serán finalmente derrotados por el corregidor de Vélez, Álvaro de Zuarzo. A la dura represión que protagonizó Alvaro de Zuarzo, siguió, en 1791, la definitiva expulsión de los moriscos de estos territorios.
El 25 de diciembre de 1884, la villa y su término municipal fueron fuertemente sacudidos por el importante seísmo llamado el Terremoto de Andalucía, produciéndose cuantiosos daños materiales.