Sendero de las Minas del Talco - PR–A 301

El Sendero de las Minas de Talco - PR-A 301 tiene su origen en la antigua vereda minera por la que los vecinos de Lúcar y Somontín accedían a los pozos de explotación de talco o "jaboncillo" y a los cortijos a media montaña.

Este Sendero de Las Minas del Talco discurre por la Sierra de las Estancias en su parte más septentrional. Se ubica en la comarca del Alto Almanzora, donde la diversidad geológica se muestra de una forma muy patente en los alrededores del Cerro Montroy, en el término de Lúcar, o en La Asomaica, en el término de Somontín, y cuando baja a los cauces de las diferentes ramblas por las que discurre o cruza el sendero.

El sendero parte de la población de Lúcar en dirección hacia la rambla de Lúcar, por un camino de fuerte pendiente rodeando la ladera de La Santa. Una vez en la rambla, el camino llega a una vereda estrecha ascendente, hasta el antiguo molino, donde el sendero se dividirá en dos, continúa por la derecha, y discurre por la ladera sur del monte Montroy. Este tramo es de gran belleza ofreciendo panorámicas de la Sierra de los Filabres y del valle del Almanzora.

Poco antes de llegar al cortijo "El Tabernero", la senda se desvía hacia la izquierda al Barranco Rojo, cruzado por la parte más accesible, alcanza, tras una breve cuesta, una mancha arbolada de encinas y pinos. Tras una suave bajada, el camino, llega hasta el Barranco de Escuchagranos.

En la rambla, el sendero asciende una gran pendiente, hasta al polvorín. En este punto, sigue el sendero para unirse con el camino de la sierra de Somontín, pasando por las actuales canteras de áridos del pueblo.

Desde Somontín por el camino de la Cigarra, vuelve a la rambla de Lúcar, de ahí al cortijo del Plantonal y a la rambla de Escuchagranos, hasta alcanzar el Camino del El Molinillo, desde la plaza atraviesa el barrio de la Loma para llegar al Mirador de La Santa.

La senda ofrece unas posibilidades excelentes para el visitante, ya que permite una ascensión de una calidad paisajística única para el senderista y unas excelentes posibilidades para el aficionado a la arqueología industrial. El trazado se ve rodeado de numerosos pozos de extracción, hoy cegados en su mayoría, constituyendo una zona muy atractiva por su interés etnográfico.