En esta larga e intensa ruta atravesamos Andalucía, de poniente a levante por su zona norte, recorriendo tierras oscuras y de tupida vegetación, dando justo nombre a Sierra Morena. Se trata del mayor bosque mediterráneo de Europa, también el mejor conservado, y por suficientes razones declarado como Reserva de la Biosfera. Nos esperan dos, o mejor tres espectaculares días de moto, rodando entre espacios naturales, rebaños y piaras de ganado, fauna salvaje y un paisaje singular formado por cerros encastillados, ruinas mineras, embalses, cortijos blancos y pueblos llenos de vida bajo el cielo más limpio de la Península. Tierra primitiva como pocas, su recorrido no permite un solo momento de monotonía y siempre llenará nuestras alforjas con momentos irrepetibles. Sierra Morena nos ofrece un viaje evocador por lo más profundo y arraigado de la identidad andaluza.
En ruta
La ruta comienza en Rosal de la Frontera, puerta de Andalucía desde el Alentejo Portugués. La carretera N-433 nos ofrece un trazado amplio y sencillo, circulando entre explotaciones ganaderas. En pocos kilómetros entramos en el parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde la carretera se hace más sinuosa adaptándose al relieve de las montañas, cada vez más elevadas y cercanas. Merece la pena entrar en Aroche (parada 1), un pueblo de calles blancas y empinadas que se extienden bajo su castillo, que lo domina todo. También nos desviaremos en Cortegana (parada 2) para subir a otro castillo de la Banda Gallega, que nos ofrece unas vistas impresionantes
Más adelante, dejando momentáneamente la carretera principal, visitaremos Jabugo (parada 3), capital del ibérico, donde el jamón con Denominación de Origen Protegido es su estrella indiscutible. En la comarca también podremos disfrutar de otros muchos productos y elaboraciones gastronómicas, caso de los derivados del cerdo ibérico (carnes y chacinas), migas, revueltos de espárragos trigueros, pisto serrano, carnes de caza, setas, quesos de cabra y exquisitos dulces, con protagonismo de la castaña en sus recetas. De vuelta a la N-433, atravesamos Galaroza para llegar a Aracena (parada 4), capital comarcal y turística de la Sierra, donde podemos visitar su famosa Gruta de las Maravillas. La carretera continúa en muy buen estado, aunque cada vez con más tráfico, sobre todo en fines de semana. Precaución con la velocidad. Tras superar Higuera de la Sierra nos desviamos dirección Zufre por la A-461, una carretera algo más lenta y estrecha, pero con el firme en muy buen estado, como casi todas las de la provincia de Huelva.
Dejando atrás los castillos de Zufre (parada 5) y Santa Olalla del Cala —Bien de Interés Cultural— (parada 6), continuamos por una carretera bien acondicionada hasta El Real de la Jara, ya en la provincia de Sevilla. A partir de aquí la calzada se presenta mucho más estrecha, sinuosa e irregular, sin separación entre carriles y totalmente solitaria. La SE-179 nos permite recorrer casi toda la Sierra Morena Sevillana, sobre todo el larguísimo tramo que nos lleva a Cazalla de la Sierra. En ruta, es obligado detenerse en el Mirador de Sierra Padrona y Puerto Quejigo (parada 7), saludar la efigie del lobo ibérico y admirar la soberbia panorámica que nos ofrece. Superado el embalse de El Pintado llegamos a Cazalla de la Sierra (parada 8), ciudad monumental y capital de los anisados de la Sierra Norte. La carretera mejora mucho, ofreciendo un trazado rápido y muy bonito para recorrer en moto. Hay que tener precaución en las curvas cerradas en bajada, donde se llega a mucha velocidad.
El plato fuerte de la ruta está entre Alanís y Fuente Obejuna. La A-447 presenta un largo tramo de 55 kilómetros que comienza en buen estado, pero se va estropeando hasta convertirse en un puro bache, una carretera trail con el encanto que aporta el abandono. Bordeando el parque natural, nos cruzamos con más ciervos y otra fauna salvaje que personas, un entorno natural y aislado donde se debe conducir con precaución. Conviene ir sin prisas y con suficiente reserva de gasolina. Poco después de pasar por las minas de Valdeinfierno, la carretera mejora en sus 20 últimos kilómetros hasta visibilizar Fuente Obejuna (parada 9).
El norte de la provincia de Córdoba cambia la montaña por una extensa llanura salpicada de viejas edificaciones mineras. Toda esta zona del Guadiato, como sus vecinos de Los Pedroches y Sierra Morena en general, está catalogada como Destino Starlight por la escasa contaminación lumínica y su potencial para la observación nocturna. En breve, llegamos a Peñarroya-Pueblonuevo por carreteras rectas y bastante transitadas, que nos introducen por la A-430 en el Valle de los Pedroches pasando por Villanueva del Duque, Alcaracejos y Pozoblanco, capital de la comarca. Desde este punto, vértice en torno al que gira la Denominación de Origen Protegida Jamón de Los Pedroches, proseguimos hasta Pedroche (parada 10) y Torrecampo, dos bellos pueblos monumentales y pintorescos. Por la A-3200, una carretera estrecha y muy bonita, viramos dirección sur para rodar por la inmensidad que representa la dehesa. Alcornoques y encinas forman un paisaje espectacular y solitario, sólo interrumpido por la travesía de los pequeños pueblos de Conquista y Azuel. Penetramos en el parque natural Sierra de Cardeña y Montoro. Recomendable detenerse en Cardeña para degustar su singular y exquisito cochifrito de lechón ibérico (parada 11).
Dejando atrás el caserío de Cardeña, proseguimos por la A-420 cortando el parque natural por una carretera sinuosa y solitaria, de anchura correcta, asfalto muy bueno y curvas peraltadas, que parece nos hicieran bailar sobre la moto. En descenso, obtendremos unas magníficas vistas al valle del Guadalquivir. El entorno natural es espectacular: fauna salvaje y una vegetación exuberante con amplia representación de los bosques de roble melojo. Tras pasar por la presa del río Yeguas, entramos en la provincia de Jaén por el que fuera muy afamado balneario de Marmolejo. Ya en el valle del Guadalquivir, el bosque mediterráneo deja paso a frutales y olivares. Desde Marmolejo y hacia el este, rumbo a Andújar y Baños de la Encina (parada 12), circulamos utilizando la vía de servicio de la autovía A-4 y carreteras rurales llenas de vida, con muchos detalles que nos distraen de la monotonía de la conducción.
La Sierra Morena de Jaén, como norma, sustenta su gastronomía sobre tres pilares: carne de caza y chivo, aceite de oliva y una huerta muy variada. Estofados y calderetas, espinacas, pipirrana y choto al ajillo están entre sus principales protagonistas culinarios. A modo anecdótico, Andújar defiende ser la cuna del flamenquín. No debes irte de Baños de la Encina sin degustar sus singulares cucharros y sobás, y en Guarromán debes conocer sus dulces ‘alemanes” y degustar su queso, reconocido como el mejor del mundo durante varios años.
Pasando por Bailén, capital alfarera donde las haya, y el monumental pueblo de Baños de la Encina, en el último tramo rodamos en paralelo a la autovía, por carreteras agrícolas que unen pequeños cortijos, poblados y aldeas de colonización, muy activas. Entre Carboneros y La Carolina tomamos un tramo de autovía de unos cinco kilómetros, para después desviarnos por una carretera de montaña sinuosa que, entre bosque mediterráneo, restos de explotaciones mineras y viejos balnearios, nos lleva hasta Santa Elena. Luego, nos dejamos caer por el histórico paso de Despeñaperros siguiendo el antiguo trazado de la N-4, una carretera impresionante, anchísima y totalmente solitaria: naturaleza virgen en su versión más primitiva. Para la última parte del recorrido debemos repostar por la ausencia de gasolineras y, con frío y en umbría, poner mucha atención con la presencia de placas de hielo. Ascendemos ahora por una carretera espectacular, de montaña, pero perfectamente asfaltada y extremadamente sinuosa. Paralela al viejo Camino de Olavide, nos lleva hasta Aldeaquemada y la cascada de La Cimbarra, punto final de la ruta (parada 13). Gente serrana y pastoril, presumen de una gastronomía recia, donde es inevitable degustar sus galianos, calderillo, camuña y jarapos.
Punto selfie #castillobañosencina
Castillo de Baños de la Encina. Situado sobre el pequeño cerro del Cueto, que domina el Conjunto Histórico, y levantado con tabiyya a finales del siglo XII, cuando Sierra Morena era frontera entre Castilla y el califato almohade. Es el conjunto fortificado mejor preservado de la época del Califato de Córdoba, y uno de los castillos musulmanes mejor conservados de toda España.