Ruta en moto Sierra Sur de Jaén

Si hay una ruta ideal para los motoristas amantes de rodar entre castillos, seguro que está en la Sierra Sur de Jaén. Junto con la Subbética Cordobesa y el Poniente Granadino, constituyeron ‘la última frontera del reino nazarí’. Posiblemente, la provincia de Jaén es el territorio europeo con más castillos y estructuras defensivas medievales, con más de 400 ejemplares. Su condición como tierra de frontera durante los enfrentamientos entre al Ándalus y los reinos cristianos del norte, dejó un impresionante legado en la arquitectura defensiva de la Sierra Sur de Jaén; alcazabas, castillos y atalayas coronan y son origen de muchos de los pueblos blancos de estas sierras.

Y comunicando los unos con los otros, carreteras sinuosas que transitan por valles y collados, conquistan las cimas más escarpadas y vadean ríos y arroyos de aguas cristalinas. Líneas siempre curvas que se deslizan por un paisaje verde plata, muy naïf, constituido por millones de puntitos que se extienden hasta donde alcanza el horizonte. Una ruta para recorrer sin prisa, conociendo el pasado y el presente de las sierras que se elevan al sur de la provincia.

En ruta

Partimos de la monumental ciudad de Martos (parada 1), la que fuera Colonia Augusta Gemella Tuccitana en época romana y, con posterioridad, encomienda calatrava, ante la atenta vigilancia de los dos castillos que dominan el conjunto histórico, la Peña, y la Fortaleza Baja, en la misma villa. Rápidamente vamos abandonando la campiña para llegar a Fuensanta de Martos, donde la carretera se adentra cada vez más en la sierra, retorciéndose y subiendo en altitud. En general, el asfalto está en buen estado, con pocos baches y buen agarre, aunque hay que tener precaución con la presencia de numerosos vehículos agrícolas, especialmente durante la cosecha de la aceituna (final del otoño y comienzos del invierno).

Una vez entramos en territorio serrano, nos escoltan diversas torres y atalayas que van flanqueando nuestro paso. Tras alcanzar los 1.000 metros de altitud en Castillo de Locubín, podemos desviarnos a visitar el cercano nacimiento del río San Juan (parada 2), un lugar único que nos cautivará por su frondosidad. Después, tras una larga bajada, llegaremos a la ciudad de Alcalá la Real, coronada por la impresionante silueta de su alcazaba de la Mota (parada 3). Ciudad monumental como pocas, es recomendable conocerla con detalle antes de proseguir la ruta. Pasamos después por pequeñas poblaciones, con mucho encanto y una rica vega, hasta llegar al pueblo de Frailes. No debemos dejar atrás el pueblo sin conocer su tirolina y puente colgante, y degustar su típico choto o sus churros a pie de carretera, un conocido lugar de encuentro motero (parada 4). De nuevo iniciamos una subida sinuosa y estrecha, aunque con buen asfalto, hasta superar los 1.300 metros de altitud. El olivar deja paso al matorral, al bosque mediterráneo y a los rebaños. De interés, su leche abastece a los mejores quesos de cabra del mundo. Toda esta Sierra Sur forma parte de la Reserva y Destino Starlight por su escasa contaminación lumínica, lo que hace de ella una zona privilegiada para la observación de los cielos nocturnos.

Tras superar el Puerto de Locubín, iniciamos la bajada hacia Valdepeñas de Jaén, que nos ofrece unas impresionantes panorámicas de las montañas y sus roquedos, de los olivares y del matorral bajo. En cualquiera de los pueblos de la Sierra Sur podemos degustar las exquisiteces gastronómicas de la zona, con platos típicos como jarrete con zanahorias, pollo a la secretaria, sopas cachorreñas, lomo de orza en aceite de oliva, habas con jamón, remojón de naranja, choto en caldereta, potaje de ciruelas y orejones, así como los embutidos derivados del cerdo. Por cierto, debemos anotar en nuestro cuaderno de bitácora sus vinos, acreditados como Indicación Geográfica Protegida, y sus excelentes cerezas, cuya floración podemos disfrutar si recorremos la zona a comienzo /mediados de abril.

Tras detenernos brevemente en Valdepeñas de Jaén, para conocerla a fondo (parada 5) — no nos podemos perder su Museo Molino de Santa Ana y la frondosidad del paraje de las Chorreras—, el último tramo de la ruta nos lleva por carreteras amplias y en buen estado. Dejando atrás el puerto de la Pandera, nos acercamos hasta el nacimiento de Río Frío (parada 6) y, desde ese punto, rodamos en una bajada constante hasta Los Villares. Con tiempo frío debemos tener cuidado con posibles placas de hielo en zonas de sombra. Seguimos ruta cada vez con más tráfico hasta llegar a Jaén. Recomendable subir al Castillo de Santa Catalina (parada 7), soberbio broche final de nuestra ruta. Desde su otero disfrutamos de una espectacular vista de la ciudad y de la sierra que hemos dejado a nuestra espalda.

Punto selfie #castillojaen

Sempiterno vigía elevado sobre la ciudad de Jaén, el castillo de Santa Catalina, o Alcázar Nuevo, es una de las tres fortificaciones que constituyeron el recinto defensivo del Castillo de Jaén, junto con el Alcázar Viejo y el Abrehuí. Aunque su construcción es anterior, las formas que hoy presenta se forjan a partir del siglo XIII.