Ruta en moto Desierto de Gorafe
Esta ruta nos ofrece un recorrido por el desierto de Los Coloraos o de Gorafe, un itinerario singular por un escenario único, que a cada instante cambia de color. Una ruta fascinante y dura, pero a la vez cautivadora y llena de vida, que hipnotiza y atrapa. El poder de la erosión pone al descubierto la diversidad de colores que se ocultan en las entrañas de la tierra. Y por si fuera poco exhibe uno de los complejos megalíticos más grandiosos del continente europeo. Montañas, ramblas, cárcavas, valles profundos, casas cueva, dólmenes e incluso un cielo acreditado como Starlight se suceden en una corta e inesperada ruta por el corazón del Geoparque de Granada.
En ruta
Salimos de Guadix (parada 1) dirección sur por una carretera recta, con magníficas vistas de Sierra Nevada. A los pocos kilómetros tomamos una rambla, un camino sobre el cauce seco de un arroyo, con piso de arena y grava más o menos compacta. En época de lluvia hay que guardar especial precaución por la presencia de barro, charcos y arena blanda. Vamos ascendiendo entre pinares, conectando con otras ramblas y rodando por caminos estrechos que surcan campos de cultivo, que nos llevarán hasta Gor (parada 2). El caserío asoma colgado de la umbría serrana y desprende ese hechizo que sólo poseen aquellos pueblos hondamente enraizados en su arquitectura e historia.
Continuamos dirección norte, rodando paralelos al intermitente cauce del río Gor que ya empieza a forjar el llamado popularmente cejo, un barranco grandioso que nunca pasa desapercibido. Cruzamos la autovía A-92N y seguimos por caminos agrícolas en buen estado, aunque con algunos tramos bacheados. A uno y otro lado del cejo se van repartiendo algunas aldeas, como Cenascuras y Las Viñas, que, en breve, cuando el cañón se muestre con todo su esplendor, darán paso al singular Parque Megalítico de Gorafe (parada 3). Nada menos que 240 dólmenes diseminados en 10 necrópolis, la mayor concentración de túmulos prehistóricos de España, y enclavados en un paisaje cargado de misterio.
Inmersos de pleno en el cañón del río Gor, una carretera espectacular nos llevará hasta Gorafe (parada 4), un pueblo, como casi todos los que integran el Geoparque de Granada, llamativo por sus numerosas y pintorescas casas cueva. Ascendemos por una pista de hormigón hasta el mirador del desierto y nos adentramos en Los Coloraos (parada 5), o Desierto de Gorafe, a través de pistas y ramblas sinuosas, que pueden presentar dificultad para motos grandes y muy cargadas. Rodamos ahora encajonados entre escarpes, que asemejan rojas murallas de bastiones inexpugnables, badlands con ramblas profundas y cárcavas de tonos rojizos, líneas blanquecinas y ocres forjadas durante millones de años.
Cruzamos por el pueblo de Bácor y, desde allí, siguiendo por tramos de carreteras y caminos sin complicación, pasamos por Freila (parada 6). Finalmente, haciendo parada previa en el CIYA (parada 7), Centro de Interpretación de la ciudad íbera de Basti, culminamos en la ciudad de Baza (parada 8), destino último de nuestra ruta. Superada una prueba tan dura, es hora de reponer fuerzas degustando los platos típicos de la zona. De larga tradición, honda raíz y cierta contundencia, el Altiplano ofrece sus gachas, colorás picantes y dulces, los andrajos y los gurullos con conejo, sus gurupinas con setas y bacalao, la olla de matanza o las migas serranas.
Punto selfie #gorafe
Mirador sobre el pueblo de Gorafe. Ofrece unas magníficas vistas del paisaje de badlands y cárcavas que dan forma al desierto multicolor de Gorafe. Su observación es una forma atractiva de conocer y disfrutar el Geoparque de Granada.