Esta sencilla y apacible ruta en moto eléctrica une dos espléndidas capitales de provincia, Jaén y Córdoba, rodando entre una inmensidad de olivos, un horizonte verde plata que parece tapizar las olas de un mar imaginario: las tierras del aceite de oliva virgen extra (AOVE). Navegamos tranquilamente, acompañados por el relajante silencio de nuestras motos eléctricas. Nos llevan por rectas largas entre lomas onduladas, de pueblo en pueblo, con el único referente de un caserío blanco que se extiende bajo un campanario o un castillo. Lugares cargados de vida, siglos de historia y un enorme patrimonio por descubrir. Viajaremos desde las crestas montañosas de Jaén hasta alcanzar la serena llanura de Córdoba, una ruta por el corazón de Andalucía que nos muestra los fascinantes secretos que esconde cualquier rincón de nuestra geografía.
En ruta
Partimos desde Jaén con las baterías de nuestras motos bien cargadas, subiendo al castillo de Santa Catalina por la variante marcada (parada 1). Arriba, bajo la protección del monte Jabalcuz, disfrutaremos de unas vistas espectaculares de la ciudad y de la catedral de la Asunción de la Virgen, joya del Renacimiento andaluz y espejo donde se miró la arquitectura religiosa hispano americana. Tras un breve tramo por autovía, escoltados de un lado por enormes montañas y del otro por la llanura olivarera, pasaremos por el interior de Torredelcampo y Torredonjimeno (Castillo - parada 2), un territorio que fue calatravo y donde merece la pena detenerse para conocer su legado arquitectónico. Continuamos ruta por la carretera de Córdoba, con un asfalto en muy buen estado y trazado sencillo, siempre acompañados de olivos hasta donde nos alcanza la vista.
Llegamos a Porcuna (parada 3), la vieja Obulco de las crónicas romanas, levantada sobre un promontorio y dominando la campiña. Pasamos junto a la Torre Nueva o de Boabdil, y por la plaza de Andalucía, a la que se accede a través de un bello arco. Antes de seguir podemos visitar la necrópolis íbera de Cerrillo Blanco, que es sólo una breve muestra de la enorme riqueza histórica de la campiña de Jaén. Ya en la provincia de Córdoba, entramos en el cuidado callejero de Cañete de Las Torres (parada 4) que, engalanado con macetas y plantas, gira alrededor de la imponente torre del homenaje que preside la plaza. La ruta continúa sin dificultad, carreteras anchas y rectas, en perfecto estado, que nos llevan a Bujalance (parada 5). La ciudad, apodada de la ‘arquitectura del sol’, nos recibe con la pequeña ermita de la Consolación. No podemos pasar de largo sin degustar y reponer fuerzas con sus platos más típicos, en los que el aceite de oliva tiene un papel protagonista, como ocurre en los pueblos de campiña de las dos provincias. Sus elaboraciones culinarias van desde el sencillo joyo de pan y aceite o las patatas rellenas, a los más elaborados, caso de los cholondros, el cordero a la miel, el cocido bujalanceño o las migas con torreznos. Pero su plato estrella, que discute cuna con la jienense Andújar, es el flamenquín con jamón serrano.
Continuamos camino mientras emergen a nuestro paso los primeros campos de tierra calma, principalmente cereales y algodón. Pasado El Carpio, que presume de su imponente torre de Garcí Méndez (parada 6), atravesamos el río Guadalquivir para hacer escala en Villafranca de Córdoba y dirigirnos a Alcolea por una estrecha y bonita carretera flanqueada de frutales, arbustos y bosque mediterráneo. Sus curvas, subidas y bajadas nos animan en la conducción de nuestras motos. A partir de Alcolea seguimos el antiguo trazado de la N-IV, que nos lleva hasta Córdoba, la ciudad que ostenta más acreditaciones Patrimonio Mundial de la Unesco. Accedemos por avenidas espléndidas, finalizando la ruta a la vera del río, junto a la torre de la Calahorra (parada 7), que nos ofrece una incomparable panorámica de la Mezquita Catedral y del Puente Romano.
Punto selfie #cordoba
Córdoba desde la margen izquierda del Guadalquivir. Quedando la torre de la Calahorra a nuestra espalda, al frente destaca el Puente Romano, la Puerta del Puente y la Mezquita-Catedral, al fondo, cortando el horizonte.