Ruta en moto Alpujarras - Sierra Nevada

Ruta en moto Alpujarras - Sierra Nevada
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La gran ruta de alta montaña

El itinerario circular de Sierra Nevada ofrece una de las rutas mototurísticas más largas y espectaculares de Andalucía. Dar la vuelta en moto al macizo de Sierra Nevada no es un reto cualquiera, es un enorme desafío con una grata recompensa. Se trata de una ruta larga e intensa, tan llena de atractivos y sorpresas que merece hacer noche en el camino, o mejor pernoctar varias noches. Rodear en moto las mayores cumbres de la península nos regalará un enorme cúmulo de sensaciones, trazando un número casi infinito de curvas, rodando por escenarios cambiantes y siempre espectaculares, ofreciendo vistas sobrecogedoras del Mediterráneo y de las montañas nevadas, en fin, sintiendo en la piel severos cambios de temperatura. 250 kilómetros de carreteras de alta montaña que suponen un reto para cualquier motorista, un soberbio recorrido donde ponerse a prueba durante larguísimas y exigentes jornadas de conducción.

En ruta

La ruta de Sierra Nevada comienza en Granada, donde salimos por la circunvalación GR30, tomando después la antigua carretera de Motril N-323-a justo antes del puerto del Suspiro del Moro. Aquí comenzamos una larga bajada recorriendo el valle de Lecrín. Sus caseríos, de callejas apretadas, agua y azahar, nos abren la puerta de la morisca Alpujarra. Con vistas magníficas, bordeamos El Padul (lagunas, parada 1) y Dúrcal (puente de lata, parada 2), atravesando Lecrín y Béznar. La carretera es ancha, tiene poco tráfico y está en buen estado, pero durante toda la ruta, en invierno y con tiempo frío, debemos tener cuidado con las posibles placas de hielo que aparecen en las zonas de sombra.

Después de Béznar, nos desviamos hacia Las Alpujarras por la A-348, donde nos recibe el puente nazarí de Tablate (parada 3), una reliquia de la ingeniería histórica, que merece la pena conocer cogiendo un corto desvío de la carretera principal. Ya en territorio alpujarreño, la carretera se hace estrecha y extremadamente sinuosa, con mucho tráfico en los kilómetros iniciales. Mucha atención en este tramo. Tras superar la ciudad de legendarias aguas termales de Lanjarón, bajamos hasta Órgiva, donde iniciamos una continua subida por las laderas meridionales de Sierra Nevada. La carretera es estrecha y muy sinuosa, en buen estado, con paisajes impresionantes y muchos espacios en los que apartarse para contemplar las vistas de las cumbres nevadas y la costa mediterránea. Las curvas se suceden sin cesar, toda una delicia sobre la moto.

Vamos dejando atrás pequeñas poblaciones que cuelgan de la soleada cara sur serrana, como la mágica Soportújar (parada 4), pueblo de brujas. Al poco tiempo, nos saluda el Barranco del Poqueira, un bello paisaje sajado a las entrañas de la montaña. A modo de anfitrión, asoma el precioso pueblo de Pampaneira (parada 5), que bien merece una visita como sus hermanos de Bubión y Capileira, cauce arriba. Después de una parada en el vertiginoso mirador del Poqueira (parada 6), avanzamos por Pitres, Pórtugos y Busquístar, hasta introducirnos en el largo barranco del río Trevélez y el pueblo de su mismo nombre (parada 7). Famoso entre otros motivos por sus jamones, quizá no sea el pueblo más elevado de España, aunque con seguridad sí es el más sabroso. Estamos a casi 1.500 metros de altitud, algo a tener presente, especialmente en invierno.

La ruta avanza por kilómetros de curvas y carreteras estrechas, de buen asfalto, cada vez con menos tráfico. La calzada va entrando y saliendo por barrancos de tremenda belleza, mientras atraviesa una retahíla de pueblecitos blancos, pulcros, que terminan por parecerse unos a otros: casas apiñadas y cúbicas, adaptadas al terreno y orientadas al sur para aprovechar las bondades climáticas del Mediterráneo. Los pueblos de la Alpujarra son encantadores, de pizarra y cal, calles laberínticas, terraos de launa, o tejados planos, y ‘tinaos’ estrechísimos que esconden mágicos callejones. Su caserío huele a chimenea y a platos contundentes. No podemos marcharnos de esta tierra sabía, de gentes hechas a la dureza de su montaña, sin degustar su espléndida gastronomía serrana, como el potaje de castañas o hinojos, el ajoblanco y la sopa de ajo tostao, las migas, la trucha con jamón o el lomo de venado relleno de foie. Excelentes son sus embutidos y su contundente plato alpujarreño. Por supuesto, también hay que llevarse un recuerdo de sus vinos, de la Contraviesa y de Cádiar. En caso de hacer noche, cuando caiga el día nos asomaremos a ver la tarde desde cualquier mirador, donde el horizonte se diluye en un bello ocaso.

En Laroles, la ruta toma rumbo norte siguiendo una magnífica carretera en continua subida. En pocos kilómetros alcanzaremos el Puerto de La Ragua (parada 8), por donde llegaremos a la cara norte de Sierra Nevada. Tras coronar los 2.000 metros de altitud, comenzamos a bajar entre un pinar muy cerrado. La bajada nos ofrece una panorámica única, sorprendente, de los llanos del Zenete y los badlands del Geoparque de Granada. Se trata de un paisaje primitivo y hermoso, que cambiará de nuevo y manera drástica cuando nos acerquemos a los aledaños de la frondosa sierra de Huétor. Hay que prestar especial atención a las placas de hielo de esta cara norte, más fría y sombría que la meridional.

En el llano, el Marquesado del Zenete nos recibe con el imponente castillo de La Calahorra recortando el horizonte (parada 9). Para los más atrevidos que dispongan de una moto trail, recomendamos subir hasta su atalaya por una pista con algunas dificultades, pero sin duda el esfuerzo merecerá la pena. En su parte noreste se levantan unos hornos muy peculiares.

Avanzamos en línea recta por el fondo de un valle que millones de años atrás fue lago. Se trata de una enorme planicie que, a nuestra espalda, nos deja ver las cumbres nevadas. Por el frente nos adentramos en un singular paisaje desértico, el imperio de las tierras malas, de un color dorado que hechiza, y una de las mayores concentraciones mundiales de casas cueva habitadas. A lo lejos nos recibe la panorámica de la capital de la comarca, Guadix (parada 10), con su magnífica catedral, faro rojo en una tierra obstinadamente roja. Giramos ahora por la A-4100 con rumbo a poniente. Pasando por el pueblo troglodita de Purullena, tras rodar un breve tramo en paralelo junto a la autovía A92, nos desviamos por la GR-3201 para cruzar la presa del embalse de Francisco Abellán y el pueblo de La Peza. La carretera presenta un trazado espectacular, muy sinuoso, con tráfico escaso y un paisaje impresionante. Los valles se hunden entre el roquedo rodeados de una vegetación muy frondosa. Tras superar un segundo embalse, el de Quéntar, y los pueblos de Quéntar y Dúdar, seguimos descendiendo a la par que el tráfico aumenta, hasta culminar en la incomparable ciudad Patrimonio Mundial de Granada (parada 11), punto final de nuestra ruta.

Punto selfie #puentenazarí

El puente nazarí de Tablate está considerado la puerta de entrada occidental a Las Alpujarras, por Granada. Tirado a plomo sobre el antiguo Camino Real de Granada a la Alpujarra, salva un barranco estrecho, pero con una altura que supera los 100 metros de profundidad. Se cree que su origen, en verdad, es anterior al periodo andalusí, posiblemente romano. Ha sido reconstruido en numerosas ocasiones.
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Itinerarios

Alpujarras - Sierra Nevada - Circular
  • Longitud: 247.0km
  • Duración: 8.0h
A Granada
B Padul
C Dúrcal
D Órgiva
E Soportújar
F Pampaneira
G Trevélez
H Castillo de La Calahorra
I Guadix
J Purullena
K Granada
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