La llave de Andalucía. Jaén
Punto estratégico entre la Meseta castellana y el valle del Guadalquivir, las tierras de Jaén muestran restos de muros ciclópeos (Ibros o Torredelcampo), pero casi todas sus imponentes fortalezas deben la traza a los moros y la consolidación o reconstrucción a los cristianos.
Los califas cordobeses levantaron en el s.X el castillo de Baños de la Encina para controlar el paso de Despeñaperros. De origen árabe son también los de Santa Catalina de Jaén (residencia de San Fernando cuando conquistó esta tierra a mitad del siglo XIII), Segura de la Sierra, Cazorla o La Iruela, cuyo emplazamiento les confiere un aspecto inexpugnable.
Construcción cristiana es el torreón de Porcuna (s.XV, gótico-mudéjar): levantado por el Maestre de Calatrava fue prisión de Boabdil y cuartel general de Castaños antes de la decisiva batalla de Bailén. Podrá suavizar la vista el viajero en Canena y Sabiote, cuyos castillos se deben a la iniciativa de Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V. Canena conserva aún su magnífico patio renacentista. Del recinto defensivo de Siles quedan un torreón y una tercia.