Gigantes y Titanes. Almería, Málaga, Sevilla
En Andalucía, hay toda una tradición que se ha querido entroncar con la mitología de los Atlantes y los Titanes, que en un tiempo remoto habitaron y modelaron estas tierras. Tres provincias en particular (Almería, Málaga, Sevilla) manifiestan las huellas más destacadas de su espectacular labor, las construcciones megalíticas
En los confines del oriente andaluz, en parajes dominados por la presencia del Cabo de Gata, espolón de tierras volcánicas sobre el mar, aparecen los vestigios herméticos de las primeras sociedades que elaboraron los metales.
Las minas de oro abandonadas de Rodalquilar se hacen eco de este pasado de conocimientos primigenios. Las fotalezas y necrópolis megalíticas de Los Millares son mudos testigos de estas sociedades que emparentaron con las culturas ciclópeas del Mediterráneo extremo. En Sevilla, en Valencina, los dólmenes de Matarrubilla y la Pastora, y los campos dolménicos de las Mesas de Gandul extienden al interior la tradición megalítica.
A su vez, en Málaga, Antequera posee dos de los dólmenes más famosos e la cultura megalítica universal: el de la Menga y el de la Viera. Templos o sepulturas, quizás ambas cosas a la vez, los dólmenes se inscriben en una concepción del mundo que concede una extraordinaria importancia sagrada a las potencias de la tierra. Los propios elementos que componen el dolmen de la Menga sugieren la intervención de fuerzas sobrehumanas en su construcción, ante la inexistencia en la época de medios mecánicos capaces de transportar piedras de tal tamaño.
Esta zona, bajo la influencia mágica de la Peña de los Enamorados, parece formar parte de una cultura que veneraba en estas peculiares grutas artificiales la expresión de unas fuerzas telúricas a las que atribuían cualidades divinas. Algunos historiadores asocian esta cultura con la del Argar que se desarrolla en la Andalucía oriental. En Benaoján, existen otros dos dólmenes de nombre más explícito: el Gigante y la Giganta, los únicos seres capaces, según la leyenda, de mover estas rocas talladas. También en la propia Antequera existe una Puerta de los Gigantes. En Benaoján, de nuevo, se encuentra la cueva de La Pileta, gruta de carácter sagrado de paredes cubiertas de pinturas rupestres, que representan animales y símbolos hoy desconocidos.
Las leyendas de gigantes que levantaban piedras y abrían tajos y barrancas están presentes en casi cualquier lugar de esta comarca, tanto para explicar los dólmenes, como para buscar el origen de algunas sorprendentes obras de la naturaleza, que parecen salidas de la mano del hombre. Una de ellas es el misterioso Torcal de Antequera.
Se trata de una enorme formación de rocas a las que la erosión milenaria ha dado las formas más variadas, que asemejan una ciudad embrujada cargada de un extraño influjo. Hay puntos del Torcal en los que los pasos del caminante parecen resonar en cavidades subterráneas y otros en los que su aliento queda suspendido en una inmóvil vibración del aire.
La Garganta de El Chorro y El Tajo de Ronda pertenecen también a esta categoría de obras de la naturaleza a las que la superstición popular ha atribuido un origen premeditado, fruto de un esfuerzo sobrehumano en los tiempos oscuros, más que de la obra lenta e indiferente de la erupción y la erosión. La existencia en ambos lugares de recintos sagrados de diversas épocas -la ermita rupestre de Bobastro en El Chorro y las ruinas de Acinipo, en Ronda- no hace más que confirmar el hecho de que sus cualidades mágicas fueron percibidas desde muy antiguo y utilizadas con fines religiosos.
A qué puedan deberse las propiedades mágicas de estos lugares de abruptos contrastes y gran violencia tectónica (fallas, abismos, cavernas, barrancas, volcanes, desiertos) es algo que la ciencia no ha sabido hasta ahora establecer. Sin embargo, los avances de la medición de los diferentes tipos de radiaciones procedentes de la tierra y su probada relación con sucesos aparentamente inexplicables, permiten augurar que en algún momento este tipo de fenómenos dejarán algún día el campo de la magia para entrar en el de la ciencia.