Alfarería y cerámica
Con presencia ininterrumpida desde el Neolítico, en Andalucía destacó la cerámica califal, singularmente la surgida en Medina Azahara entre los siglos IX-XI.
Posteriormente será la cerámica nazarí la más sobresaliente, originada en los alfares del altozano granadino donde se situaba la puerta de acceso a la ciudad: Fajalauza. Y sin olvidar las ornamentaciones geométricas que llenaron las producciones a partir del siglo XI en Al-Andalus (conocida genéricamente como cerámica andalusí), o producciones tan específicas como las lozas doradas de los alfares malagueños del siglo XIII.
Tras un notable declive en su demanda durante el siglo XX, en los últimos años ha habido un espectacular resurgimiento, siendo una de las artesanías que mejor se ha adaptado a la demanda actual de productos tradicionales para decoración.
En Almería destaca la conservación de buena parte de sus alfares históricos y de las colecciones más tradicionales para fuego y agua. Casos de municipios como Vera, Níjar, Sorbas o Albox son un claro ejemplo del mantenimiento de este oficio.
La provincia de Cádiz cuenta con varias localidades en las que el trabajo alfarero ha estado presente y permanece, principalmente, en los municipios de Jimena o Conil de la Frontera.
Con la presencia musulmana, la tradición cerámica de Córdoba sufrirá un cambio radical. Actualmente, y gracias al esfuerzo de diferentes investigadores y talleres, se ha logrado recuperar la que fuera cerámica del Califato de Córdoba, momento del mayor esplendor de la España musulmana. Cabe destacar la importancia del centro alfarero de La Rambla (uno de los principales del país) o la pureza de la tradición alfarera en Lucena.
La provincia de Granada ha albergado una gran tradición alfarera y, a pesar de su decaimiento, actualmente cuenta con una amplia producción para fines decorativos, y se han recuperado piezas muy signiticativas de los viejos alfares granadinos, como la jarra accitana (de Guadix), los azulejos tradicionales o las figuras de barro policromado.
En la provincia de Huelva históricamente ha existido una gran tradición alfarera y ceramista, como demuestra la excelente colección existente en los diferentes museos de la capital. A destacar la materia prima básica utilizada en esta provincia, el barro blanco de Trigueros y sus proximidades.
Jaén es una de las provincias andaluzas en las que más destaca este tipo de artesanía, con importantes centros cerámicos en Alcalá la Real, Aldeaquemada, Andújar, Arjonilla, Bailén, Baeza, Cazorla, La Puerta del Segura, Marmolejo, Puente de Génave, Santa Elena, Siles, Torredelcampo y Úbeda.
En Málaga se conjuga hoy la herencia de las alfarerías tradicionales, con la cerámica creativa que han incorporado nuevos artesanos.
La ciudad de Sevilla cuenta con una de las mayores tradicionaes de la cerámica estannifera policromada española, que tuvo su esplendor entre los siglos XVI y XVIII, habiéndose recuperado en la actualidad en diversos talleres de la capital y localidades próximas.