Ronda y un torero, Antonio Ordóñez

Matador de toros, torero de dinastía, su padre fue El Niño de la Palma. De extraordinario estilo en el ruedo, purista, estéticamente intachable y uno de los diestros más importantes del siglo XX.
Antonio Ordóñez (Ronda, Málaga, 1932-Sevilla, 1998)
Promotor de la corrida Goyesca en la plaza de toros de Ronda, propiedad de la Real Maestranza de Caballería, amigo íntimo de personajes tan notorios como Ernest Hemingway y Orson Welles, cuyas cenizas fueron esparcidas por la finca rondeña El Recreo, de la familia Ordóñez. Sus nietos, Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, continúan la saga torera.

Siete pases de pecho y nido de águilas
Ronda alta y honda, rotunda/ profunda, redonda y alta (Juan Ramón Jiménez)
En el río hondo
Nace Antonio Ordóñez a la sombra de la plaza de toros rondeña, construida en piedra (1785). Es una plaza que no se parece a ninguna; es una plaza para toreros en la que hicieron memorables faenas la dinastía de los Romero: Francisco, pionero del toreo a pie con muletilla (1726) y Pedro (1754) relacionado con la nobleza y la dinastía de los Ordóñez, con Cayetano (1904-1961), más conocido por El Niño de la Palma y su hijo Antonio Ordóñez. En esta Ronda de toreros creció el torero, asomado al tajo del río Guadalevín ("río hondo”, en árabe) donde anidan las águilas que, perezosas, planean por unas de las ciudades más antiguas de España. En este coso, de niño que no alzaba un palmo, Antonio Ordóñez dio sus primeros lances de salón. Cayetano, su padre, de maestro.
"… Y, a la luz del sol, me pareció la ciudad más hermosa del mundo” (Juan Goytisolo)

Ronda andalusí
Antonio Ordóñez tiene sus recuerdos sobrevolando por la medina de la andalusí antigua, con restos de murallas, iglesias sobre mezquitas, calles estrechas e intrincadas, pequeñas plazuelas y callejones que no parecen tener salida. Pero como a todos los Ordóñez le tiraba el campo, las lomas que cabalgan hacia la serranía como olas de cebada onduladas, llegando hasta las ruinas de Acinipo, a la que llaman Ronda la Vieja, montado a la grupa de caballo por antiguas calzadas romanas, para regresar a la ciudad, por el Puente Nuevo, obra de Martín de Aldehuela a finales del siglo XVIII, ya al atardecer, con el tañido de las campanas de Santa María la Mayor tocando a vísperas y que es uno de los ejemplos más bellos del Renacimiento malagueño.
"Del monte los pedernales/ los olivos en la loma/ y los hierros bien labraos/ en los balcones de Ronda” (Polos de Moreno Galván para la voz del cantaor José Meneses)

Bandoleros y Carmen, la de Ronda
Cayetano, cuando terminaba el tentadero de reses bravas, solía llevar a su hijo Antonio a conocer la serranía por los caminos que hoyaron bandoleros y contrabandistas, entre encinas y alcornoques de almagra vestimenta. En ventas y remansos de agua le contaba historias de los escritores románticos llegados de fuera, que perdían el "sentío” por darse de bruces con la Carmen que glosara Prosper Mérimée, la morena rondeña de prietas carnes, ojazos negros, grácil en la figura y hasta con chaira en el liguero. Estas historias brotaban sin esfuerzo mientras los cascos de los caballos arrancaban chispas de fuego a los pedernales del camino, subiendo a las lomas que fueron refugio de moriscos, los llamados monfíes, los sublevados de un pueblo levantisco.
"Plaza de toros de Ronda/la de los toreros machos” (Fernando Villalón)

Cinco toros de azabache, a las cinco de la tarde
En las fiestas de Pedro Romero, en septiembre, cuando muere el verano, la plaza de toros (1785) celebra la corrida goyesca, invento taurino de Antonio Ordóñez. "Hasta aquí llegan en romería, reyes y príncipes, cantaores y burladores del fisco, alegres mozas y encopetadas señoras, tocadas de mantón y peineta, de labios rojos como dos claveles reventones, con Ordoñez de maestrante a pie en esta plaza de madera y piedra, al borde del precipicio…” (Muerte en la tarde. Ernest Hemingway).
En la corrida más grande
que se vio en Ronda la Vieja.
Cinco toros de azabache
con divisa verde y negra”.
(Mariana Pineda. Federico García Lorca)

"Y la feria, sin más; enganches y caballos con jinetes de altos vuelos, jóvenes de Ronda sobre jacas pintureras…” (Federico García Lorca). Casetas donde echar un fino al coleto y por la noche el festival de Cante Grande, en recuerdo de Diego El Gastor y a la tía Anica Amaya, aquella "gitana vieja, con la cara curtida por adobo barato; de negros añadíos y peineta de teja” (José Carlos Luna).
"Que bien hicieron de Ronda/cuando a Ronda la partieron/ciudad, mercaiyo y barrio/ y los tres puentes en medio” (Polo del cantaor José Meneses)

De los más bellos de España
Tiene dicho Antonio Ordóñez que el casco histórico de Ronda, con el coso taurino, es de los más bellos de España, con la huella árabe en cada rincón. Con su casco antiguo, al sur del Tajo, restos de la alcazaba, murallas y puertas, como la de Almocábar (cementerio), el Arco del Cristo o Puerta de los Molinos y el Palacio de Mondragón que fuera a residencia del último alcalde rondí, Hamet Zegrí. La ciudad es mudéjar, gótica y renacentista, con sus tres puentes, los baños árabes y con calles retorcidas del antiguo zoco, lleno de vida, por el que paseaba el torero con papá Ernesto, que así llamaba Antonio Ordóñez a Hemingway.
"Fue mi nacimiento Ronda/ y fue mi madre serrana/por esa razón no cabe/ en mi pecho una arsión mala” (Rondeña)

A la sombra de la encina
Aunque enterrado en Sevilla, Antonio Ordóñez tenía en la finca El Recreo su otra vida, la tranquila, casi palaciega, en contacto con la naturaleza y rodeado de animales. Cómo no sería este lugar que el cineasta norteamericano Orson Welles, gran amigo del torero, amante de la buena vida, del mundo taurino, del cante y el baile, le pidió a su amigo que cuando muriera expandieran sus cenizas entre olivos y encinas, ente alcornoques y jacarandas. Y así fue. Tiene Ronda grabado a fuego su pasado con varios museos donde se recrea la historia de una de las ciudades más bellas de Andalucía. Antonio Ordóñez, rondeño y serrano tiene vagando su espíritu por estas tierras que lo vieron nacer.

Lugares del maestro Antonio Ordóñez
Mágico encuentro con la historia: Romana, musulmana y cristiana, Ronda sigue unida a su pasado:
Paseo 1
Puente Viejo - Puente Nuevo - Tajo sobre el Guadalavín - plaza de toros de la Real Maestranza. Arrabal islámico (hoy barrio de San Miguel), arroyo Culebras - Baños Árabes.
Paseo 2
Fuente de los Ocho Caños - Posada de las Ánimas (Miguel de Cervantes) - Iglesia de Nuestro Señor Padre Jesús - Convento Madre de Dios.
Paseo 3
Cueva de La Pileta - Acinipo - Serranía de Ronda (Benaoján, Jimena de Libar, Atajate, Alpandeire) - Pinsapar de la Sierra de las Nieves
Paseo 4
Coso Taurino - Museo taurino de la Real Maestranza - Museo Joaquín Peinado (Palacio de Moctezuma)
Paseo 5
Casa del Rey Moro - arco de Felipe V - Iglesia Virgen de la Paz - Casa del Gigante - Alminar de San Sebastián - Iglesia Santa María la Mayor - Iglesia del Espíritu Santo - Puerta de Almocabar.
Para darse un festival
De siempre el mundo de los toros ha estado unido al arte de coger una copa de fino, saborear buen jamón pata negra y despacharse entre pecho y espalda una yema de Santa Teresa con un Palo cortado. De todo ello sabía Antonio Ordóñez. He aquí algunas sugerencias para, entre paseo y paseo, reconfortar el espíritu y el cuerpo, en el casco histórico donde abundan sacramentales tascas, tabernas y mesones donde hacer honor a su poderosa gastronomía, serrana para loor y gloria de estómagos agradecidos.
Empieza con unas verduras a la parrilla, algún toque de castaña y calabaza y un plato de jamón o de embutidos de la tierra, con la morcilla rondeña como primera dama. Y todo ello regado con unos asombrosos vinos que con mimo trabajan las bodegas rondeñas.

Habrá que dejar sitio para unas migas con chorizo o unas gachas con coscurrones; o ceder ante un conejo de campo a la rondeña, el cochifrito de borrego o ante el supremo arte de paladear un rabo de toro de textura melosa.
En Ronda, el tiempo se mece como cuando Antonio Ordóñez cogía el capote, que se detenía hasta escapar un largo "olé”. Tiempo de conversar, de comentar lo visto y lo por venir, degustando unas yemas de Santa Teresa, unos cuernos de gacela y el lento paladear de un sorbo de vino de Málaga.