Rafting en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas
El Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas impresiona al visitante por su inmensidad, es el de mayor superficie protegida de España, pero también por sus paredes rocosas, de vértigo, que contrastan con profundos valles y bosques. Y el agua, siempre protagonista, que discurre libre y en ocasiones salvaje. Su papel en este espacio natural es fundamental, pues también es escenario de una de las mayores aventuras: el rafting.
¿En qué consiste esta experiencia? La palabra rafting procede del inglés raft, que significa balsa, y desde mediados del siglo pasado comenzó a popularizarse paralelamente al uso de este tipo de embarcaciones para realizar actividades de aventura. El rafting o descenso de ríos es precisamente eso, bajar por un curso de agua en una embarcación neumática. El número de su tripulación varía de 4 a 8 personas y un guía al frente, que es la persona que mejor conoce el río, la encargada de aportar la experiencia y dar indicaciones a los participantes.
En el rafting el trabajo en equipo es fundamental, ya que entre todos tendréis que remar para sortear las dificultades que presenta el río, un largo trayecto que, en casos, llega a superar las 2 horas, dependiendo de la ruta que se elija. Así que, en una balsa y en equipo, vamos a practicar deporte, pero también una sesión de coaching para fomentar la empatía, el trabajo cooperativo y, en definitiva, el "todos a una" necesario para sortear los rápidos. Todas estas características hacen que esta experiencia sea ideal para familias o grupos de amigos, porque lo que nunca falta es diversión.
Los rápidos de aguas blancas que rugen en el Alto Guadalquivir son idóneos para disfrutar de esta aventura. Todo estos argumentos, junto con las espectaculares vistas que ofrece el parque natural y el cúmulo de sensaciones que experimentarás, harán que tu descenso sea inolvidable.
Aunque no lo parezca, no se necesita experiencia previa para participar en esta aventura, tan solo tener ganas de provocarte una explosión de adrenalina, de pasarlo bien y sobre todo de estar dispuesto a mojarse, desde la cabeza hasta los pies. Posiblemente, no haya mejor terapia para eliminar estrés que surcar las aguas bravas del Guadalquivir y chillar a grito pelado bajo el magnífico cielo serrano.