Barrio de la Villa
De inspiración claramente medieval y musulmana, es hermano de los barrios andaluces más típicos, como el Albaicín granadino o la Judería de Córdoba. Sus calles son sinuosas, blancas y estrechas, formando una perfecta conjunción de armonía y belleza, de flores, de paz y sosiego, de cal y piedra.
El recorrido recomendado parte de la Plaza de Santa Ana, recorriendo la calle Real hasta llegar a la Placita de San Antonio, bella y recoleta, continua por la calle Jazmines, para, cruzando de nuevo la calle Real, salir por el Bajondillo hasta el Adarve, balcón abierto al paisaje andaluz que abraza y circunda el Barrio de la Villa. Tajo natural de considerable desnivel, ha garantizado la inexpugnabilidad de Priego, por este lugar, a lo largo de su historia.