Petenera
Cante con copla de cuatro versos octosílabos que al cantarse se convierten generalmente en seis por repetición de uno de ellos y el añadido de otro ajeno a la copla.
Es uno de los palos más curiosos del flamenco. Su historia es incierta, aunque hay consenso acerca de que su nombre procede de una cantaora nacida en Paterna de Rivera (Cádiz), conocida como La Petenera.
Está adscrita a una cierta superstición, ya que sus primeras letras versaban sobre entierros y funerales, y la mayoría de los gitanos sigue sin aceptarla. Es un cante antiquísimo, incluso procedente de las llamadas plañideras, pero su aflamencamiento no se produce hasta finales del siglo XIX, cuando Medina el Viejo crea la hoy llamada petenera chica. Posteriormente, La Niña de los Peines gesta una versión más ornamentada y de difícil ejecución que hoy se conoce como petenera grande. Se acompaña por arriba y su compás es relativamente libre, porque en algunas partes se sujeta a un 6/8.