Paterna de Rivera
Su municipio, uno de los más pequeños de la provincia, está situado en el centro de la misma, en plena campiña. Sus tierras, por tanto, son de uso agrícola o de pastos; de ahí la importancia que tiene la cría de toros bravos o de caballos de raza hispano-árabe.
La población fue fundada en 1503 y alcanzó cierto esplendor por la existencia de aguas medicinales en los baños de Gigonza y de la Fuente Santa, ya desaparecidos. El mayor punto de interés lo constituye el Castillo de origen árabe de Gigonza, situado a escasos kilómetros del pueblo.
De Paterna de Rivera es originario uno de los palos más característicos del cante flamenco: la Petenera.
Historia
Se sabe que fue poblada por diferentes pueblos desde el Neolítico, y que, probablemente, estos gozaran ya del beneficio de sus aguas medicinales -manantiales de Gigonza y Fuente Santa-; pero es durante la época romana cuando la villa toma carta de naturaleza. Parece demostrado que el origen del nombre se remonta a ese período, derivando de Paternus, "paterno", a través de alguna "villa Paterni".
A la ocupación romana de la villa seguiría la de bizantinos, visigodos y árabes es mayor. Tras la conquista cristiana, la dehesa de Paterna pasará al dominio de los Enríquez de Ribera, señores de Alcalá de los Gazules. La fundación de la villa, dotándola de Concejo-Ayuntamiento, se producirá en 1503 por Don Francisco Enríquez de Ribera, denominándose entonces Paterna de Ribera, siendo sus habitantes tributarios de la Casa de los Ribera y del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules. La independencia de este municipio no se producirá hasta 1825.
Personajes destacados
Dolores La Petenera, siglo XIX. Cantaora.
Antonio Pérez Jiménez "El Perro de Paterna". Cantaor.
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