La Ermita de la Rosa pertenece al siglo XVIII. Se reconstruye por la gran devoción que adquiere la imagen de La Virgen de la Rosa, obra del sevillano Pedro Duque Cornejo. En 1763 se llevan a cabo importantes modificaciones en el plano ornamental, se mantienen las dimensiones de la planta de una sola nave y los muros de la primitiva iglesia gótico-mudéjar del siglo XVI.
Destacan el Retablo de San Francisco Javier (1617), obra de Alonso Marías y el Retablo Mayor (s.XVII), único ejemplo en Montilla de retablo rococó.