Manolo Escobar el mejor embajador de Almería
Galante y alegre, rebosante de simpatía y sencillez, conquistó el corazón de todas las generaciones de su tiempo, traspasando fronteras a ritmo de la canción española, copla, pasodoble, rumba...
Manolo Escobar (Las Norias de Daza, El Ejido, 1931-Benidorm, 2013)
Embajador de la copla
Nacido Manuel García Escobar el 19 de octubre de 1931 en la localidad de Las Norias de Daza, perteneciente a El Ejido (Almería), fue el quinto de los 10 hijos de Antonio García y María del Carmen Escobar, a la que dedicó su famosa canción Madrecita María del Carmen.
En los años de la posguerra y en el propio hogar familiar inició Escobar su formación musical, después de que su padre conociese a un maestro republicano retirado y le ofreciese techo a cambio de convertirse en profesor particular de la prole. Manolo empezó tocando el laúd y también se inició en el piano. Junto a sus hermanos Baldomero y Salvador integró una rondalla que comenzó a actuar en bodas y otras celebraciones.
Siete años antes de alcanzar la mayoría de edad (21 años), se trasladó con sus hermanos a Barcelona. Pronto se dejó atraer por el mundo de la farándula, que conoció en locales de Badalona y el Barrio Chino de la Ciudad Condal.
El éxito no tardó en llegar. Las galas se multiplicaron y el sonido Escobar se hizo reconocible: copla, rumba, pasodoble, bolero, ranchera, fandango...
En su carrera cinematográfica aparecen sus 19 películas, tres de las cuales figuran entre las 10 más vistas de las estrenadas en el país. Nada comparable con su trayectoria musical, con cerca de 80 discos, 24 de ellos de oro, aunque por ventas le correspondieron más de 40. Su álbum más vendido fue Y Viva España. Despachó seis millones de copias originales (10 en posteriores reediciones oficiales). Se trató del disco más vendido de la historia de la música de España desde 1973 hasta 1992.
Recuerdos de infancia
Pese a que Manolo Escobar dejó El Ejido en la adolescencia rumbo a Barcelona, siempre se mantuvo muy unido a este lugar. Así lo afirmó cuando en 2013, poco antes de su fallecimiento, se le nombró Hijo Predilecto del municipio, además de darle su nombre al parque situado en la barriada donde nació, Las Norias de Daza.
Escobar recordaba sus años de niñez en la fonda que regentaban sus padres y sus aventuras por los parajes naturales de El Ejido, antes de que éste despegase económicamente gracias a la agricultura intensiva que lo ha convertido en la huerta de Europa.
Además de los inmensos arenales de las playas de Almerimar, Balerma, San Miguel y Guardias Viejas, el cantante recordaba sus visitas al Guardias Viejas, una fortaleza cuya construcción se inicia en 1769, próximo al mar, aunque después fue destruido por los ingleses durante la Guerra de la Independencia, reconstruyéndose en 1817. Hoy día, tras ser restaurado, alberga una exposición permanente de uniformes militares y armamento de la época, así como maquetas de fortificaciones costeras.
Punta Entina Sabinar
El Paraje y Reserva Natural Punta Entinas-Sabinar alberga uno de los sistemas dunares mejor conservado de la Península, además de ofrecer kilómetros de fina arena en su bella playa virgen.
Se extiende desde la playa de Cerrillos hasta la playa de Levante de Almerimar. Incluye las playas El Príncipe o Sabinar y la de Entinas.
Realizando el sendero de las Salinas de Cerrillo, se aprecian áreas inundables, en forma de pequeñas charcas, marismas y salinas, donde se puede contemplar laabundante avifauna presente en estos parajes, como la elegante garza real, que permanece inmóvil a la espera de que algún pez pase cerca para arponearlo con su largo pico, o el pato cuchara, que debe su nombre a la forma de su enorme pico.
En las inmediaciones de este espacio natural, se encuentra la localidad de El Ejido, donde es posible visitar la Torre Fortificada de Balerma o el Daymún, que es un mausoleo de una familia hispano-romana que data aproximadamente de finales del siglo III. También se pueden conocer los restos arqueológicos de Ciavieja, lugar de asentamiento del municipio romano de Murgi y que contiene restos de las civilizaciones que habitaron estas tierras desde el tres mil antes de Cristo.
Turismo agrario
Hortalizas producidas de la forma más natural, marcan el paisaje de El Ejido. Los invernaderos de El Ejido son la única composición humana que Pedro Duque, el astronauta español, pudo ver desde el Discovery a simple vista. "Se distinguen tan bien porque los plásticos reflejan la luz”, dijo Duque. La belleza de estas estructuras está dentro, porque bajo el plástico se concentra el trabajo de nuestros agricultores que miman de forma natural las hortalizas más sabrosas.
Más de 14.000 hectáreas de superficie en producción, con un sistema de propiedad que habla de una economía distributiva con más de 8000 propietarios. Algunas empresas organizan rutas de turismo agrario para conocer de primera mano la denominada huerta de Europa.