Los Frutales de la Vega Baja del Genil
En los frutales que flanquean las márgenes del río Genil, se cosechan productos de enorme calidad y de muy diversas variedades gracias a la ideoneidad de los suelos, la sabiduría y buen hacer de los hortelanos, la ingeniería hídrica y una larga historia agrícola. En Puente Genil elaboran su famosísimo dulce de membrillo, cuyo fruto se recoge en otoño y es motivo de sendas fiestas en Priego y Carcabuey. Por su parte, la naranja cadenera —grande, fácil de pelar y de mucho zumo— crece donde el Guadalquivir y el Genil entran en nupcias, en Palma del Río, en sus llamados pagos de huerta. Se trata de antiguos asentamiento labriegos, cortijadas situadas en los terrenos limosos de los meandros de uno y otro río. A veces de tal entidad que contaron con su propio colegio. La visita a estas áreas agrícolas es un verdadero curso de etnología.
El membrillo es la seña de identidad de Puente Genil, población de la campiña cordobesa. Su cultivo genera mucha riqueza y trabajo, tanto en época de recolección, desde finales de septiembre hasta diciembre, como posteriormente en las industrias de transformación. Elaboran diferentes preparaciones con el fruto del membrillo, de gran prestigio por su altísima calidad. De las 25 que llegó a tener Puente Genil en el siglo pasado, aún perviven algunas fábricas muy reconocidas, como La Góndola, El Quijote o San Lorenzo. El rey es, sin duda, el dulce de membrillo, aunque también se elabora en forma de mermeladas, compotas, confituras o jaleas.
La producción local supera los 4 millones de toneladas, pero también se cultiva en las aldeas de Zagrilla Alta y Baja, Carcabuey y Priego de Córdoba. En la comarca, cada otoño se celebran fiestas relacionadas con este fruto, origen del famoso dulce que ya griegos y romanos ofrecían como regalo de bodas, pues simbolizaba el amor y la fecundidad. En Priego de Córdoba y Carbacuey los días cumbre son en octubre, cuando tienen lugar la Fiesta y Cata del Membrillo y el Membrillo Festival, respectivamente, que cuentan con una amplia programación lúdica y gastronómica que incluye visita a empresas. Por su parte, en Puente Genil se celebra la Cata-Fiesta del Membrillo en noviembre, con degustaciones y talleres didácticos.
El membrillo es pariente de la manzana y en Carcabuey han sabido aprovechar esta oportunidad para recuperar una variedad autóctona y hondas raíces. Se trata de la camuesa, fruta muy popular y apreciada por los más mayores. Casi cae en un olvido definitivo, pero en este municipio de la Subbética los agricultores de cierta edad, grandes conocedores del valor de este patrimonio botánico, han conservado casi 400 árboles. Otra variedad local es la cadenera, que no es una naranja cualquiera. Exclusiva de Palma del Río, su zumo es muy, muy abundante. Por ello, no es de extrañar que la ciudad la luzca con orgullo como seña de identidad.
Entre los meses de marzo y abril tiene lugar el Mes de la Naranja, que se celebra con la difusión de recetas gastronómicas sustentadas en este fruto, demostración de chef de restaurantes locales, invitación a zumo de naranja en establecimientos adheridos a la asociación de empresarios locales, actos culturales, visitas al patrimonio, etcétera. Por otra parte, son numerosas las empresas locales que realizan visitas guiadas a sus cultivos e instalaciones, como es el caso de Biovalle. Por cierto, que no solo de naranjas vive Palma, también produce limas, pomelos rojos, limos, nueces, almendras…
Desde tiempos inmemoriales, en la vega baja del Genil, cuando el río hace su tributo al Guadalquivir, la tierra y el agua han generado una riqueza de frutales y huertas extraordinaria. Pero, ante todo, ha sabido conservar sus tradiciones y una enorme biodiversidad. ¡Disfrútala!
