Lola Flores, jerezana siempre
"No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan”. La frase de un crítico del New York Times hablando de la actuación de La Faraona en en el Madison Square Garden de Nueva York, tal vez haya sido la definición más certera de Lola Flores. Otros calificativos describen la arrolladora personalidad de la Faraona como única, singular, irrepetible, temperamental, pasional, racial, genuina, explosiva, genial...
Lola Flores (Jerez de la Frontera, 1923-Madrid, 1995)
La Faraona
Actriz y cantante. Desde muy joven canta y baila flamenco y ya con 13 años debuta en el teatro Villamarta de su ciudad natal. El padre traspasa el modesto bar que tiene la familia en Jerez para que la hija sea artista. Su gran oportunidad le llega al formar pareja artística a mediados de la década de los cuarenta con Manolo Caracol, con el que comienza a ser una de las cantaoras más populares de España y de Latinoamérica. En 1947 rueda Embrujo con el cantaor sevillano, excelente film de Carlos Serrano de Osma. Cesáreo González, productor clave en esa coyuntura del cine español, se fija en ella y la contrata en exclusiva.
Con su popularidad en todo lo alto, con apariciones en radio y televisión y largas giras teatrales, canta ante personajes tan heterogéneos como Winston Churchill o Gary Cooper y es llamada insistentemente por el entorno del dictador Franco. En 1959 contrae matrimonio con el guitarrista Antonio González "El pescaílla” con quien tendrá tres hijos, Lolita, Antonio y Rosario. Todos ellos, en línea con la tradición materna, serán también notables cantantes.
Monumento en su barrio natal
La Faraona, como se le conoció en vida, cuenta con un monumento en el barrio donde nació. Se halla en una plazuela, dentro del barrio de San Miguel, la zona flamenca por excelencia junto con el barrio de Santiago de Jerez de la Frontera. Aquí se dice que nació el flamenco y es donde han nacido la mayoría de las más grandes figuras. A esta zona se la conoce como La Cruz Vieja y desde ella nacen calles de tanta solera como Pescadería.
Este monumento se inauguró en marzo del año 2003, dentro del proyecto de convertir la casa natal de Lola Flores en un museo. Está hecho en bronce, es obra del madrileño Víctor Ochoa Sierra.
Jerez patrimonial
La rica historia jerezana da lugar a un no menos rico patrimonio, empezando por el mismo casco antiguo, de origen andalusí, declarado Monumento Histórico Artístico y donde se concentra la mayor parte de esa herencia. De la muralla almohade quedan algunos vestigios (Ancha, Muro) y la Puerta del Arroyo. En una esquina del recinto se encuentra el Alcázar árabe, también almohade del XII, con varias torres (Octogonal, Homenaje) y una pequeña Mezquita en el interior, bien conservada, con alminar, patio de abluciones, sala de oración y mihrab. Sobre otra mezquita se construye la iglesia de San Dionisio, que guarda notables elementos mudéjares, y que articula una parte de la urbe islámica. Hoy forma un conjunto histórico artístico con varios edificios, como la Torre de la Atalaya o del Reloj de la Vela. Y, sobre todo, el antiguo Cabildo, del XVI, de estilo mudéjar y plateresco, obra del arquitecto jerezano Andrés de Rivera. También presentan rasgos mudéjares las iglesias de San Marcos, que sustituye a una mezquita y tiene un retablo mayor barroco, y San Juan de los Caballeros, con toques renacentistas.
Y es que, como suele ocurrir en urbes históricas, la mezcla de estilos aparece en muchos edificios de fabricación, reconstrucción o añadidos de distintos momentos. Así, el Renacimiento está presente especialmente en palacios, lo que viene a reforzar las repercusiones agrarias y comerciales con América, explicando también la relevancia del Barroco andaluz. A destacar, las casas platerescas de Ponce de León, el Palacio Riquelme, y próximo a éste, el Museo Arqueológico con importantes piezas ibéricas, romanas y árabes, y sobre todo, aunque fuera de la ciudad, el Monasterio de la Cartuja, del XV, a unos cuatro kilómetros del centro y a orillas del Guadalete, en cuyas huertas los monjes criaron unos caballos excelentes, la raza cartujana, precedente del caballo andaluz. Es declarado monumento artístico y cuenta con dos grandes portadas, una barroca y otra renacentista, del citado jerezano Rivera. También la Catedral combina la estructura gótica con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos.
Turismo: caballos, Vino y bodegas
Este título parece un reclamo turístico de lo más andaluz, pero es que en Jerez eso está muy presente. Como ya se ha apuntado, aquí nacen los caballos cartujanos, consolidados mediante cruces desde el XV, pero existentes ya en la época andalusí. La impronta del Caballo en la ciudad es notable: nombres de plazas, esculturas, eventos... Además se celebra la Semana del caballo desde 1954 y la Feria del Caballo. Desde 1973, existe la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, fundada por Álvaro Domecq, donde puede contemplarse el espectáculo Así bailan los caballos andaluces y el Museo de Arte Ecuestre en el Palacio de las Cadenas.
El vino y las bodegas encierran una dimensión de ocio y turismo con la modernización y decoración de las instalaciones, verdaderas catedrales donde nacen y envejecen los vinos en silencio, muy visitadas y con espacios para la organización de eventos.
Flamenco y propuestas sugerentes
Sobre el flamenco, ya se apuntaba que Jerez es una de las cunas de esta manifestación cultural andaluza, sobre todo en los barrios de Santiago y San Miguel, origen de la bulería. Podrían citarse muchos nombres, algunos incluidos en la toponimia callejera: Manuel Molina, creador de la seguiriya, el loco Mateo, Paco el de la Luz, Diego Monge, Manuel Torre, Terremoto, Tío Borrico, el Mamujo, Tía Anica, la Paquera, Sordera y otros más recientes, como Mercé, el Pipa o Moraíto. Y en el mismo corazón de Santiago está el Centro Andaluz de Flamenco, con modernos sistemas audiovisuales, biblioteca, fonoteca, etc. En 2005 se pone en marcha un proyecto de Ciudad del Flamenco, y se programan en la ciudad ciclos flamencos, sobre todo el Festival Internacional y la Fiesta de la Bulería.
Son numerosas las celebraciones jerezanas a lo largo del año, entre ellas destaca la Semana Santa, de plenas características andaluzas, y las fiestas de la Vendimia y la Merced, patrona de la ciudad.
Jerez salta al mundo deportivo desde la construcción del Circuito de Velocidad, donde se realizan importantes pruebas como el Campeonato Mundial de Motociclismo. Otros atractivos son la gastronomía, mezcla de mar e interior, el tapeo, el Zoobotánico y el ser la puerta de las rutas del Toro y de los Pueblos Blancos.