Infiernos de Loja
En el Monumento Natural Infiernos de Loja el protagonista es el agua que, con la paciencia del tiempo, ha ido modelando este entorno del Poniente Granadino transformándolo en un paraíso de gran valor natural. Se trata de un tramo fluvial del río Genil que alberga una rica flora y fauna de ribera, junto con destacados elementos de interés geológico, a los que se pueden añadir otros de interés cultural como los yacimientos prehistóricos de La Esperanza y El Manzanil
El río Genil, mediante el arrastre y depósito de materiales, ha originado dos niveles de terrazas. Sus aguas fluyen entre ambos alturas mediante espectaculares cascadas, erosionando la roca hasta encajarse profundamente en ella. Estos cerramientos producen, en algunos puntos, inquietantes rápidos y remolinos de agua que originan soprendentes cascadas como la denominada Cola del Caballo, que supera ocho metros de desnivel.
Por otra parte, los manantiales de los acuíferos del Manzanil, Terciado y Frontil provenientes de las Sierras de Loja y del Hacho vierten sus aguas carbonatadas al Genil. Estas aguas, en algunas zonas y al precipitar los carbonatos, se solidifican fosilizando la flora y la fauna presentes en el agua y en su entorno más inmediato. Así se originan caprichosas formaciones denominadas edificios travertínicos.
Las condiciones de temperatura y humedad favorecen la presencia de un exclente bosque de ribera y fauna acuática, como ranas, cangrejos, galápago leproso o trucha común.
La riqueza natural del entorno tiene un complemento perfecto en el patrimonio cultural de la ciudad de Loja o en la cultura agrícola de esta ciudad y la vecina Huétor Tájar, capital granadina del espárrago. A su indudable valor medioambiental hay que unir la idoneidad de Loja como escenario para todo tipo de actividades de turismo activo, desde el senderismo y la escalada hasta la pesca deportiva y el vuelo libre, actividad esta última en la que Loja es un referente internacional.