Cementerio Inglés de Linares

El Cementerio Inglés de Linares fue el segundo camposanto protestante de Andalucía. En él recibieron sepultura personas de diferentes nacionalidades: británicos, alemanes, franceses, suizos y españoles que impulsaron la industrialización y modernización de la ciudad.

Su origen se remonta a la llegada masiva de británicos a la ciudad de Linares, con la desconocida y moderna tecnología Cornish, que aumentó la productividad y rentabilidad de la extracción de minerales de sus minas. Esto provocó un fenómeno migratorio sin precedentes en la época. En 1855 fallece James George Remfry que, al no profesar la religión católica, no podía ser enterrado en el cementerio municipal. Sus familiares y amigos decidieron enterrarlo junto al muro del nuevo cementerio construido en ese año.

La influencia económica británica fue obvia, pero además trajo consigo tradiciones, cultura, religión, etc. que modificaron la sociedad de la época y, algunas de ellas, llegan hasta nuestros días. Como símbolo queda el emblemático Cementerio Inglés. Unas estrechas y empinadas escaleras llevan hasta la entrada de piedra, protegida por una austera reja, tras ella un frondoso jardín delimita sus calles en las que resalta la austeridad de las tumbas.

El Cementerio Inglés de Linares es uno de los tres vestigios funerarios de la presencia británica en Andalucía, junto al Cementerio Inglés de Málaga y el Cementerio Inglés de Minas de Río Tinto en Huelva. En la actualidad es un cementerio privado gestionado por los descendientes de aquellos linarenses que abrazaron el protestantismo y que reclamaban un lugar digno para su eterno descanso. El Cementerio inglés de Linares se encuentra incluido en de la Red Europea de Cementerios Emblemáticos (ASCE).