La Sierra de Segura, la meca del vuelo libre
Como si remontaran de entre la niebla, montañas de más de 2.000 metros se replican unas a otras y se elevan sobre fértiles valles y profundos cañones. Estamos en la Sierra del Segura, una comarca donde el hombre jamás renunció a su ancestral deseo de volar, y como tal procede contemplando atónito y desde las alturas un paisaje excepcional.
El Yelmo se eleva orgulloso hasta los 1.809 metros sobre el nivel del mar constituyéndose como un monte emblemático, un balcón privilegiado sobre el vasto territorio jiennense que descansa a sus pies. Un Olimpo desde donde lanzarse al vacío y entregarse a la noble actividad del vuelo libre, una práctica deportiva que encuentra en este lugar su particular meca.
Tanto es así, que este lugar, situado en pleno Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, está considerado por los especialistas del vuelo libre como una de las mejores estaciones de España. A este fin ayudan unas excepcionales condiciones aerológicas, la ventaja de su acceso asfaltado y habilitado para vehículos, un clima que permite volar prácticamente durante todo el año y los 1.000 metros de caída, en los que la palabra libertad se hace patente en cada segundo de descenso. Cuenta con dos zonas de despegue y tres de aterrizaje.
Cada año, en verano, cientos de amantes del vuelo libre surcan el cielo de la Sierra de Segura celebrando el ya tradicional Festival Internacional del Aire. Llegados de remotos puntos geográficos, pilotos de parapente y paramotor se dan cita en este particular evento para disfrutar de exhibiciones, carreras, múltiples actividades y hasta de un certamen propio de cine del aire. Para cualquier amante del vuelo libre Segura es el summum, pues además tiene cabida todo tipo de público, desde los más expertos hasta los neófitos.
Surcando el aire, los valientes pilotos planearán sobre la cuna del río Guadalquivir y tendrán a sus pies no solo el corazón de un enclave natural de primera magnitud, también un territorio plagado de historia que ha visto pasar civilizaciones tan dispares como la íbera, la romana o la árabe. Parece imposible resistirse a contemplar desde el aire este legado natural e histórico, como inconcebible es no ‘aterrizar’ en alguno de los pueblos más bonitos del lugar, Segura de la Sierra, Orcera, Hornos de Segura o La Puerta..., y disfrutar de la gastronomía y del amplio patrimonio que ofrecen.