La perfecta combinación entre agua, sol, clima y sabiduría son los ingredientes de la mágica alquimia que da lugar a una huerta diversa, sostenible, pilar de nuestra particular dieta mediterránea. Una alimentación sustentada en el consumo de vegetales —frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos—, cereales, aceite de oliva virgen extra, pescado, carne y vino. Una receta de vida para aquellos que apuestan por la salud a través de los alimentos de siempre. 

La gran riqueza hortofrutícola de Andalucía se reparte por todas sus provincias, desde Almería, capital europea de tomates, pimientos y pepinos; a las vegas de Granada, donde se cultivan el espárrago triguero, la alcachofa, la cebolla, la lechuga o el tomate cherry; sin dejar atrás la provincia de Sevilla, una de las principales productoras de tomate para uso en la industria, o la fresa y berries de Huelva. Pero, hay más, mucho más.

Este mosaico de verduras destaca, principalmente, por la extraordinaria calidad del producto, una apuesta decidida por la producción ecológica y la fuerte vinculación producto-territorio, como subraya la presencia de la Indicación Geográfica Protegida 'Espárrago de Huétor-Tájar', en Granada, y la Indicación Geográfica Protegida 'Tomate La Cañada', en Almería. Dos paradas imprescindibles en la ruta que nos llevará por los 'momentos' y territorios hortícolas andaluces.

En este particular recorrido por las huertas andaluzas, descubrirás aspectos tan singulares que nos podrían parecer anecdóticos o geniales, como que el tomate no solo se saborea. Así ocurre con el tomate raf almeriense, que también se oye. Al partirlo o morderlo, escuchar un característico crujido y su omnipresente tonalidad verde te harán percatarte de que no estás saboreando un tomate cualquiera.

¿Alguna vez has oído hablar de los alcauciles? Se trata de un patrimonio típico de nuestra tierra que, pese a su parecido, no puedes confundir con la alcachofa. Se comercializan especialmente en la provincia de Cádiz, donde son muy apreciados por Cuaresma en las plazas de Conil, Chiclana, Cádiz o Jerez.

Y verde que te quiero verde… y blanco, como la bandera de Andalucía, la Vega de Granada está cuajada de espárragos que encuentran en estas tierras las mejores condiciones para crecer. El consumo de esta verdura se generalizó durante el periodo andalusí, que la consideraba un exquisito manjar en diferentes preparaciones culinarias.

Y si después de tanto andar entre caballones y hablar de verduras se ha despertado tu apetito, te contamos cómo aderezarlas para disfrutar de todo su esplendor.

Recetas de la huerta

Quizás sea el gazpacho la receta andaluza más reconocida en todo el mundo. Esta popular sopa fría tiene como protagonistas al tomate, el pimiento, el pepino, un pan bien sentado y el aceite de oliva virgen extra. Siempre permanecerá la polémica de si lleva o no cebolla, pimiento verde o rojo o las proporciones maestras de aceite, vinagre y sal. Lo que no admite discusiones es el hecho de que no existe verano sin gazpacho.

En este top de recetas con hortalizas no puede faltar el salmorejo, que tiene su propia cofradía de seguidores y es de origen cordobés. En toda la geografía española es raro el restaurante que no tiene su versión de esta magnífica emulsión de tomate, pan, ajo y aceite. Se consume habitualmente con guarnición de huevo duro y jamón cortado en tacos, casi nada. Y para completar el trío nada mejor que una exquisita porra antequerana, un plato de la provincia de Málaga que alcanza el punto perfecto si al introducir una cuchara se queda en pie.

Tampoco podemos olvidarnos de la pipirrana, una ensalada típica de Jaén elaborada con tomate, cebolla, pimiento verde, huevo cocido y aceitunas. Refrescante, nutritiva y muy sabrosa, tiene su réplica gaditana en la piriñaca, ideal para acompañar pescados, como la caballa o la sardina.

Y para entrar en calor en los meses más fríos, nada como un ajo caliente, ajo campero o ajo de viña. Se trata de una receta de origen humilde que los trabajadores del campo preparaban con ajo, pimientos, tomate, pan y aceite de oliva. Hoy día puedes degustarlo en numerosos tabancos y ventas gaditanas acompañado de un buen mosto.