Raudal de la Magdalena

El Raudal o Fuente de la Magdalena abasteció en un primer momento a la población romana de la ciudad de Jaén, para después ser utilizada por los árabes hasta la llegada de los cristianos. El agua que emanaba de este manantial natural no sólo se utilizaba para el abastecimiento de los habitantes de la ciudad, también fue usada en los cinco baños públicos que existían en la ciudad, uno de ellos usado por los judíos, y regaba un importante número de huertas.

El Raudal de la Magdalena está situado en la plaza que lleva su mismo nombre y frente a la iglesia parroquial de La Magdalena.

Existe una leyenda popular sobre este manantial de agua. Dicen los lugareños que la ubicación de la Fuente de la Magdalena era la guarida del famoso "Lagarto de Jaén", el cual tuvo atemorizada a la ciudad. Una de las versiones que se conocen de esta leyenda y la más creíble, es la que cuenta que un pastor tendió una emboscada al reptil que se comía a sus corderos. La trampa consistió en arrojarle la piel de uno de sus corderos rellena de yesca con la que el lagarto se abrasó y murió.