Huelva
La capital de la provincia está situada en el triángulo de arena que forma la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, a orillas de la ría de su nombre, en una zona de gran interés natural, pues en sus alrededores se encuentran El Paraje Natural de las Marismas del Odiel, el Paraje Natural de los Enebrales de Punta Umbría y El Paraje Natural de las Lagunas de Palos y Las Madres; la Reserva Natural de la Laguna de El Portil y el Paraje Natural del Estero de Domingo Rubio; todos ellos espacios de enorme interés ecológico, por su diversidad faunística y botánica.
La ciudad ha estado desde siempre ligada a los acontecimientos relacionados con el Descubrimiento y conquista de América, y aún hoy sigue siendo la ciudad andaluza de mayor vocación hispanoamericana, como lo prueba la celebración anual del Festival de Cine Iberoamericano y todo tipo de actos relacionados con aquel continente; no en vano se encuentra en sus proximidaes el Monasterio de la Rábida y el Puerto de Palos, desde donde partió Cristobal Colón.
En su interior conserva multitud de muestras arquitectónicas y urbanísticas que son testigo de su historia y de la evolución, de la que según algunos estudios, fue la cuna de la mítica Tartessos: la Catedral, la Iglesia de la Concepción, la Iglesia de San Pedro, el Convento de las Angustias, el Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, el Monumento a Colón, el Gran Teatro, y el Barrio Reina Victoria, ejemplo de arquitectura inglesa implantada a raíz de la explotación de las minas de la provincia por empresas de esta nacionalidad. De esta actividad también queda el embarcadero de mineral, interesante obra de ingenieria.
Historia
Se constata, por los restos encontrados, que ya desde la Edad del Bronce existía actividad minera en Huelva, aunque existen vestigios de asentamientos humanos anteriores.
Recientes estudios arqueológicos confirman que fue precisamente aquí, en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, donde se ubicaba el corazón de Tartessos y su civilización. Más tarde, en los siglos VII y V a.c. se asentaron en la ciudad fenicios y cartagineses que explotaron sus minas de plata.
En la época romana existen referencias de historiadores clásicos, como el Itinerario Antonino, que habla de un camino que, procedente de la desembocadura del Guadiana, se dirige a Mérida, en él existían varias cecas en donde se acuñaban monedas. Efectivamente, hacia el año 194 a.c. la ciudad fue tomada por los romanos que la llamaron Onuba.
Durante el periodo de Al-Andalus Huelva debió ser una ciudad importante cuyo puerto se abría a Africa y al comercio con Algeciras, Málaga y Sevilla. Aunque el control de la zona se situó en Niebla, de la que dependía Huelva.
La conquista cristiana fue llevada a cabo, junto a Niebla, por Alfonso X en el 1262. Tras la conquista se concedieron a Huelva fueros propios en 1264.
Terminada la guerra de Granada en enero de 1492, la reina Isabel de Castilla subvencionó la primera expedición de Cristóbal Colón. Huelva será el inicio de esta aventura, el puerto de Palos de la Frontera se tomó como lugar de partida y Huelva como lugar de llegada a su regreso. De todas las provincias andaluzas fue Huelva la que produjo más emigrantes americanos. En ella se formó la primeras expedición y otras muchas vinieron después. Posteriormente sin embargo, con la centralización del comercio de las Indias en Sevilla y el Guadalquivir, se produce en Huelva una secular postración de la que no saldría hasta siglos después.
En realidad, no se recuperaría hasta 1833 con la división administrativa del país en provincias y Huelva pasa a ser la capital de la provincia.
En 1874 los ingleses se hicieron cargo de la explotación de las minas, lo que le dio un enorme empuje a la ciudad que vio cómo su población se multiplicaba.
En 1964 se creó el Polo de Desarrollo de Huelva, hecho que contribuyó al auge de la ciudad que aún se mantiene como un importante centro industrial.
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