Guadalhorce Golf, un diseño a drive del centro de Málaga
En plena campiña malagueña, rodeados de los cultivos autóctonos y a escasos 10 minutos del centro de Málaga, se encuentra uno de los clubs más singulares de toda la Costa del Sol, Guadalhorce Golf.
Un antiguo cortijo del siglo XIX se convierte en el eje vertebrador de una actividad social y deportiva a partes iguales. Guadalhorce Golf es mucho más que un diseño de golf, es el lugar ideal para disfrutar en familia. Golf, campus infantiles y una excelente restauración cohabitan en este enclave y lo convierten en el refugio ideal para los golfistas y los no golfistas.
Guadalhorce presenta un recorrido de 18 hoyos en el que la técnica, el juego corto y la estrategia deben formar una simbiosis perfecta en el juego del golfista. Su último rediseño, realizado por Miguel Ángel Jiménez, ha proporcionado unos greenes amplios y con gran variedad de posición de banderas que aúnan diversión y precisión para todo tipo de jugadores.
La base del club, abierto en 1988, es la prolífica cantera de golfistas. Su escuela infantil y sus instalaciones específicas para los más pequeños lo hacen ser un lugar perfecto para el aprendizaje y disfrute de los más pequeños: Pádel, tenis o fútbol son otras actividades que complementan al golf para ellos.
Una de las particularidades que presenta Guadalhorce Golf es una academia de golf a la vanguardia de las nuevas técnicas de aprendizaje y fitting: IH Golf Academy. En sus instalaciones podrás mejorar tu swing o elegir el material que mejor se adapte a tu juego para obtener un resultado espectacular en este campo malagueño. ¡No te extrañe si junto a ti ves entrenar a grandes profesionales del Tour Europeo o futuras promesas del golf internacional!
Si algo define a Guadalhorce es su carácter social y nada mejor para mostrar ese centro neurálgico del club como su hoyo 19. La oferta de restauración del club se nutre de los mejores ingredientes de la huerta o el mediterráneo. Te recomendamos que pruebes dos de sus platos estrella: las berenjenas con miel o el solomillo al queso. ¡No te arrepentirás!