Granada, el sueño de Enrique Morente
Desde la tradición ortodoxa, viaja hacia la creatividad y la heterodoxia plenas, que le llevan a congeniar su arte con artistas de otras dimensiones musicales como Leonard Cohen o Pat Metheny.
Enrique Morente (Granada, 1942-Madrid, 2010)
Cantaor. Crece en el Albaicín granadino y, el prestigio de Enrique entre los profesionales flamencos crece considerablemente cuando entra a formar parte del elenco de artistas de Zambra, toda una cátedra.
A finales de los sesenta, tiene lugar el encuentro entre Enrique Morente y Manolo Sanlúcar, que provoca una larga relación profesional. Una de sus experiencias artísticas más audaces y originales es el estreno en Granada en 1988 del espectáculo El loco romántico, basado en la obra cervantina Don Quijote de la Mancha.
En este mismo año (1988) estrena también su Misa flamenca, con textos de San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Lope de Vega y Juan de la Encina; graba En la Casa Museo de Federico García Lorca, con textos de Lorca. Es el cantaor que más préstamos pidió a los poetas.
En 1994, Morente es el primer cantaor de flamenco que recibe el Premio Nacional de Música otorgado por el Ministerio de Cultura. En febrero del año 2006, aparece el trabajo Morente sueña la Alhambra, que comparte con Pat Metheny. El disco es reconocido también en los Premios Nacionales de la Música. En junio de ese año es condecorado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Recorridos con duende
"Las mimbres del río/ Iban con Bernarda/ La Alhambra lloraba/ Cantando Fernanda". (Poema La Alhambra lloraba, adaptado en Morente sueña la Alhambra)
El hechizo de Granada
Para Enrique Morente era imposible no caer bajo el hechizo de Granada, una ciudad con cierto aire mágico, misterioso, que el foráneo no sabe muy bien a qué achacar: quizás sea el carácter melancólico del Paseo de los Tristes que discurre paralelo al río Darro, o el ambiente rural de alguna de sus vías o la carga histórica de sus piedras que no hace mucho tiempo fueron mezquitas, madrazas y palacios nazaríes.
El sultanato nazarí de Granada fue la última formación política musulmana en la península ibérica: a lo largo de más de 250 años, los sultanes depositaron aquí uno de los legados más valiosos del patrimonio artístico musulmán. La Alhambra, Al-Hamra, que significa fortaleza roja en alusión a la arcilla que sirvió para su construcción, es la guinda que adornó esta delicia formada por calles, recovecos, cuestas y rincones en los que la impronta islámica es manifiesta.
El arrabal del Albaicín
Enrique Morente o Enrique el Granaíno, como se le conocía al principio de su carrera musical, aseguraba que lo que más le gustaba de Granada era el fruto del mismo nombre, "porque sus pepitas se asemejan a rubíes”. Entre sus lugares preferidos de esta ciudad mora, se hallaban muchos de los cuales están relacionados con el cante y el baile flamenco, otros con la noche, y un buen puñado con el barrio que le vio nacer, el Albaicín. El conjunto urbano formado por el arrabal del Albaicín, la Alcazaba Antigua y el barrio de Axares se empezó a conocer como Albaicín en los últimos años del período nazarí.
El barrio, que junto con el Sacromonte es uno de los más singulares de la ciudad, supone un entramado de callejuelas empinadas que corta la respiración al turista, no sólo por sus pintorescos rincones sino por sus escarpadas subidas. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a principios de los años ochenta.
En el Albaicín se encuentra uno de los mayores atractivos de la capital granadina: el mirador de San Nicolás. Esta balconada ofrece una magnífica estampa de La Alhambra y es parada obligada de viajeros venidos del mundo entero.
También hay numerosos cármenes, palabra que deriva, como no podía ser de otra forma, del árabe y que significa viñedo. Se trata de un tipo tradicional de vivienda con un pequeño huerto o jardín. A Morente le gustaba particularmente el de la Estrella.
La carrera del Darro
Cuando anochece o incluso ya con noche cerrada uno de los lugares más pintorescos por el que caminar es el Paseo de los Tristes, junto al Darro, que enlaza la cuesta del Chapiz con la Plaza Nueva. La carrera del Darro discurre al lado del río y a los pies de la Alhambra, atravesando el barrio de Axares, también conocido como de San Pedro. Es un lujo pasear junto al agua acompañados por los reflejos rojizos de la Alhambra: el nombre del río, Darro, parece derivar de la expresión d’auro (de oro) y es que la presencia de este metal se conoce desde la época romana.
En el camino está el baño del Nogal, o Bañuelo, monumento nacional desde 1918. El edificio formó parte de la desaparecida mezquita del Nogal y fue uno de los más destacados entre los numerosos baños que existieron en la medina y sus arrabales. No deje de visitar los numerosos aljibes de origen árabe que se reparten por esta zona. Y tampoco de disfrutar la rica gastronomía granadina, donde la tapa es la reina, en cualquiera de las calles y plazas del recorrido, como la Plaza Nueva o la Plaza Larga.
Flamenco en el Sacromonte
Sólo una calle, la cuesta del Chapiz, separa el Albaicín del Sacromonte, otro de los lugares mágicos para Morente y cuyo nombre va asociado a los gitanos que lo habitan y a las chumberas que jalonan su perímetro. Situado en el valle de Valparaíso, sobre el barranco de los Negros, destaca por sus peculiares casas cueva cuyo origen no está muy claro.
Se dice que debieron construirse en el siglo XVI cuando los musulmanes fueron expulsados de sus casas. A ellos se unieron los gitanos y así, el que ahora es foco de atracción de turistas por sus tablaos flamencos, en su momento fue zona de morada para marginados.
"El Sacromonte es un barrio precioso donde ha habido mucho arte y lo sigue habiendo”, comentaba Morente.
Morente sueña la Alhambra
Este palacio fortaleza de los sultanes, situado en el cerro de la Sabika, fue sede del poder nazarí. En su interior se encuentra la ciudad palatina que integra tres espacios: la alcazaba militar, los palacios nazaríes y los restos de la ciudad residencial y productiva.
La historia de amor entre Morente y la Alhambra data de largo y se materializó por ejemplo en un disco publicado en 2006, bajo el título Morente sueña la Alhambra. Morente, nacido en una familia humilde y que tuvo que trabajar desde muy joven, ejerció incluso en alguna ocasión como guía turístico de la misma, en aquellos años en los que no era necesaria ninguna titulación para mostrarla.
El Patio de los Arrayanes, el de los Leones y el palacio y los jardines del Partal eran otros de sus lugares predilectos. "Hay un camino que me gusta mucho, creo recordar que era el antiguo camino del cementerio. Te lleva desde la puerta del Generalife hasta el Paseo de los Tristes y es una maravilla”, comentaba.
Recorridos
- Paseo 1: Carrera del Darro, iniciándose en Plaza Nueva - Real Chancillería - Pilar del Toro y el embovedado del río Darro - Palacio de los Córdova.
- Paseo 2: Iglesia de San Cristóbal y Aljibe - Iglesia de San Bartolomé y Aljibe - Muralla del Albayzín (Muralla Nazarí) - Puerta de Fajalauza o de los Almendros - Aljibe de San Luis - Casa morisca de Yanguas.
- Paseo 3: Aljibe Plaza del Salvador - Iglesia del Salvador y patio mezquita mayor del Albayzín - Torreón y Aljibe de Bibalbonud - Mirador de San Nicolás: Iglesia de San Nicolás - Puerta de Hizna Román - Aljibe del Rey.