Complejo Endorreico de Espera

El Complejo Endorreico de Espera lo constituyen las lagunas Hondilla, Salada de la Zorrilla y Dulce de la Zorrilla, que son alimentadas por la lluvia y algunas corrientes subterráneas. Este humedal pertenece a otro complejo mayor, la Reserva Natural Complejo Endorreico de Lebrija-Las Cabezas, donde se suman las lagunas de Cigarrera, Pilón, Peña, Galiana, Taraje y Charrozo, además de otras zonas encharcadas y otras lagunas hoy desaparecidas.

La diversidad de materiales que lo forman da lugar a relieves ondulados dispares, donde se aprecian desde valles muy abiertos en las colinas a cerros romos de vertientes suaves y a veces abruptas. La variedad del paisaje tiene su causa en que esta zona es lugar de contacto entre los materiales sedimentarios de la cuenca del Guadalquivir y los más duros y antiguos de las Cordilleras Béticas.

Este humedal presenta una fuerte estacionalidad en el nivel de sus aguas, quedando prácticamente vacías las lagunas en verano, incluso la Salada de Zorrilla que es con diferencia la mayor. Su vegetación periférica y subacuática lo hacen un hábitat alternativo a las marismas del Guadalquivir y Doñana para numerosas aves. Por este motivo, ha sido declarado Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario.

Un cinturón de vegetación rodea las lagunas, con presencia de carrizos, eneas, castañuelas y, en algunas de ellas, juncos y tarajes. Al alejarse, aparece un matorral mediterráneo frmado por lentisco, acebuche y palmito; más allá pastizales y cultivos de secano, fundamentalmente trigo y girasol.

Desde los observatorios instalados en cada laguna se pueden contemplar dos especies amenazadas, la focha común y la malvasía, que tiene en esta reserva una zona de reproducción preferente. Otras aves reproductoras o nidificantes son el porrón común, el ánade real y friso, focha moruna, calamón y zampullín cuellinegro. Durante el invierno o en el paso migratorio, pueden verse gran diversidad de anátidas y otras especies, como la cigüeña común y el flamenco, que cada vez con más intensidad alarga su estancia hasta el verano.

En estos humedales y su entorno también encuentran refugio otras especies como zorros, liebres, diversas culebras, galápago leproso o lagarto ocelado.