Espeleología
Las emociones más atrevidas en contacto con la naturaleza se viven experimentando la espeleología, deporte que consiste en la exploración y estudio de cavernas.
Profundidades marinas, recónditas simas, ocultos laberintos, angostas cuevas… todo un mundo subterráneo donde se esconden diversas cavidades para explorar y descubrir secretos del pasado.
La espeleología es una actividad para realizar en equipo, con un espíritu de aventura y curiosidad que requiere cierta preparación física y mental para poder practicarla con seguridad.
Según el tipo de cavidad donde se desarrolla, la espeleología presenta diferentes ramas, como es por ejemplo la kárstica, que tienen lugar en cavidades excavadas por corrientes de agua o hielo. Si se permanece largo tiempo bajo el agua, se denomina espeleobuceo, mientras que la espeleología volcánica se realiza en cavidades creadas por la lava que ha fluido de un volcán.
El mundo subterráneo puede esconder fantásticos lugares que sobrepasan la imaginación y que aportan importantes datos sobre el origen de la tierra y de la vida. Lugares que esconden secretos del pasado y que, en ocasiones, pueden servir de ayuda para entender el presente. Aunque también bajo nuestros pies se halla una oscuridad y un silencio que pueden desconcertar, asustar e incluso dañar si no se está debidamente preparado para afrontar los retos que la naturaleza ofrece.
Las recónditas cuevas amparadas por el sigilo de lo subterráneo han sido el refugio de otras civilizaciones y culturas, así como la morada de diferentes materiales, restos y especies, por lo que la espeleología es una actividad que llama la atención y el interés de geólogos, arqueólogos, antropólogos y otros científicos, que encuentran en las profundidades su laboratorio particular.
Dónde practicarlo
La extensa e interesante orografía de Andalucía ofrece un gran conjunto de espacios donde practicar la espeleología.
Algunos de los lugares más visitados en Málaga son, por ejemplo, la Travesía Hundidero-Gato, antiguo cauce de un río subterráneo, el Gaduares, la Sima del Republicano o la Cueva del Agua.
Otra visita obligada para los espeleólogos es la Sima de Cacao, un pozo de 80 metros con una total verticalidad que desemboca en una galería descendente y otro conducto que lleva hasta la sala GIEX. Se trata de la mayor vertical situada en la provincia de Cádiz.
También en Granada encontrarás tierras para descubrir e investigar, como la de las Ventanas de Piñar, uno de los lugares más visitados.
Igualeja, Ronda, Castril, Quesada, Sorbas o Nerja son algunas de las poblaciones donde podrás encontrar diferentes cavidades en las que practicar esta interesante actividad.
Diferentes escuelas y asociaciones organizan cursos y excursiones para visitar estos lugares, siempre con la recomendación e indicaciones de los profesionales, que tienen un amplio conocimiento hidrogeológico del medio.
Precauciones y recomendaciones
Como cualquier deporte de aventura, es necesario tener ciertas técnicas y conocimientos para practicarlo.
Por supuesto, antes de aventurarte a descubrir nuevos lugares, es imprescindible que conozcas la zona, la topografía, la hidrografía y la climatología, para evitar posibles riesgos y que puedas realizar la actividad con cierta seguridad previa.
Asimismo, además de las técnicas propias de la escalada o del descenso deportivo, también te recomendamos que realices un trabajo en equipo con el resto de espeleólogos, con el fin de ayudaros unos a otros y facilitar así las exploraciones.
Además de proveerte de un equipamiento completo para la práctica de esta actividad, también te recomendamos que compruebes y verifiques el buen estado de los diferentes elementos, así como la necesidad de que cumplan con los requisitos sobre seguridad, según la normativa vigente. Si se practica la espeleología con cierta asiduidad, es posible que algunos materiales se desgasten y por tanto dejen de cumplir sus funciones de seguridad.
Los expertos también recomiendan realizar los descensos sin prisa, no sólo para aumentar la seguridad en movimientos y elementos, sino también para poder disfrutar plenamente de una experiencia sorprendente y excitante.
Equipo necesario
La espeleología requiere una serie de elementos que componen su equipamiento específico.
Los elementos básicos para iniciarte en esta actividad son el casco, sobre el que se fijan los sistemas de iluminación necesarios, el arnés, que es diferente al empleado en escalada ya que tiene un punto de anclaje más bajo, los cabos de anclaje, que se recomiendan con cuerda dinámica de al menos 9 mm de diámetro, así como los elementos de ascenso y descenso como el croll, el puño o el estribo (sistemas de bloqueo y sujeción para el ascenso) y el descensor, el mosquetón de acero, el shunt o el pato (elementos de seguro para la realización de los descensos).
La indumentaria se complementa con mono exterior e interior, para proteger de la humedad, las botas de goma de caña alta y guantes de goma que sean impermeables y resistentes.
La calidad y el diseño de todos estos elementos depende de los gustos y necesidades de cada espeleólogo. Asimismo, y para mayor seguridad, también te recomendamos llevar, siempre que te sea posible, material sobrante y de recambio.