Montes de Málaga
Los Montes de Málaga, a solo cinco kilómetros al norte de la ciudad, responden a un macizo de relieve muy accidentado, donde apenas existen valles o planicies, surcado por infinidad de vaguadas, arroyos, torrentes, veredas empinadas y pasos imposibles.
Este espacio natural ocupa la vertiente oriental de la cuenca del río Guadalmedina, un macizo quebrado, de media montaña y fuertes pendientes, cuyas peculiares características geológicas (rocas impermeables), climáticas (lluvia torrencial) y una intensa explotación humana (vides) fueron causa histórica de las periódicas y virulentas inundaciones de Málaga capital. En el primer tercio del siglo XX se tomó la definitiva determinación de poner solución a este problema mediante una seria de iniciativas, como la construcción del embalse de regulación de El Agujero, la canalización del río a su paso por Málaga o la reforestación masiva del espacio mediante coníferas después que la filoxera hubiera acabado con la masiva plantación de vides (1878).
A día de hoy se configura como un espléndido pinar, pulmón de la ciudad de Málaga.