El tejido que hilvana la historia alpujarreña
En las Alpujarras se conserva una artesanía textil famosa y colorista. Esta comarca, con un pasado morisco que se prolongó mucho después de la conquista castellana, ofrece jarapas, alfombras y mantas cuyo diseño es fruto de su origen, que no es otro que la reutilización de prendas de ropa usadas, los harapos.
Las jarapas son unos tejidos gruesos y de gran colorido que se utilizan como mantas, alfombras o colchas. En origen, para fabricarlas se recurría a lo que hoy llamaríamos economía circular, reciclando distintos tipos de ropa usada. Hoy se elaboran con fibras textiles como la lana o el algodón.
Esta artesanía ha conseguido dar renombre a esta comarca y aún mantiene su vigor pese a la pujanza de los productos industriales, seguramente porque es un oficio transmitido de una generación a otra. La elaboración de jarapas se compaginaba con otros quehaceres de la vida diaria, es por eso que tradicionalmente la época de mayor producción textil correspondía con el invierno, cuando las labores en el campo resultaban menos exigentes.
Todavía, en buena parte de la Alpujarra, existen telares con varios siglos de antigüedad que se pueden visitar e, incluso, aprender su manejo. Algunos perviven en Ugíjar, Sorvilán, Pampaneira, Válor y Mecina Bombarón, donde se crean a mano alfombras, mantas y cojines de muy diversas tonalidades.
Bubión también cuenta con telares de una tradición heredada de época musulmana y morisca. El telar artesano Hilacar, de esta localidad, fue declarado por la Junta de Andalucía como Lugar de Interés Turístico. Se trata de un taller textil artesanal de jarapas que trabaja con telares de más de 200 años, labor que se mantiene gracias a que Ana Martínez ha sabido mantener el oficio. Y ahí no queda todo, para divulgar el arte de tejer el taller permite observar, diseñar y hasta fabricarse una alfombra propia. Transmite los conocimientos a través de experiencias formativas.
La Alpujarra, una comarca de tanta personalidad, tiene en la jarapa un hilo que la une brillantemente con su pasado, dando calor y color a su presente.