El patrimonio azucarero de la Costa Tropical
Durante siglos y debido a su benigno clima, la costa granadina desarrolló una potente industria dedicada a la obtención tradicional de azúcar mediante el cultivo de la caña. El Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar de Motril y los edificios de las Azucareras de Nuestra Señora del Rosario (Salobreña), Santa Juliana (Armilla) y Nuestra Señora del Pilar (Motril) dan fe de este momento histórico y de la importancia económica, social y cultural que tuvo este método de producción.
En al-Ándalus, en concreto en lo que posteriormente sería Reino de Granada, hay datos del cultivo de la caña de azúcar desde el siglo X. El azúcar se obtenía según los métodos tradicionales, mediante el ingenio preindustrial, un tipo de molino muy específico. Aunque la producción decayó al llevarse la industria al Caribe, el siglo XVIII trajo cierta recuperación de la actividad que se mantuvo hasta mediados del siglo XIX, época en la que fueron recuperados los tradicionales trapiches -más pequeños que los ingenios- y fueron construidos ingenios nuevos. En 1860 funcionaban en Motril hasta siete azucareras dotadas con tecnología industrial. Pero, con la llegada del siglo XX, el cultivo de la caña caería, cediendo posiciones a la extracción de azúcar de la remolacha.
En la costa de Granada aún se recuerda aquella época, cuando la atmósfera se cargaba de ceniza tras incendiar los campos de caña. Este procedimiento tiene su explicación en la manera de recolección del cultivo, pues la última fase, la cosecha, incluía prenderle fuego para facilitar su corta. Trabajo duro, manual –la famosa zafra-, a machete, que marcó una época y una arquitectura.
En Motril, el Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar ocupa la Casa de la Palma, un ingenio del siglo XVI. En él, se han recreado las fases de fabricación del azúcar: la zona de la molienda, la sala de prensas, las cocinas y salas de refino, donde se obtenían las ‘formas’ o panes de azúcar. Lo que más impresiona al visitante es una prensa de madera, montada sobre las estructuras de piedra originales, y la construcción de un molino hidráulico de dos mazas, reproducido a partir de los documentos de 1641.
En relación con esta tradición industrial no todo se ha perdido. Construida por Joaquín Agrela en 1861, Nuestra Señora del Rosario, en Salobreña, llegó a ser la factoría en funcionamiento más antigua de la Vega y la única cañera de Europa. Por otra parte, en el litoral aún se puede degustar un ron local, exquisito, realizado a partir de caña de azúcar. Un vaso de ron al caer la tarde en la fértil vega de Motril, cuando el sol se pierde en el horizonte costero, ¿imaginas?