El legado de María Zambrano en Vélez-Málaga
Pensadora genuina, constante e inagotable, crítica del racionalismo plantea su razón poética. Exiliada entre Europa y América latina es un referente intelectual de la historia de España.
María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991)
Pensadora de la libertad
Filósofa. Vive su infancia entre Madrid y Segovia, acompañando a su padre, el pensador y pedagogo Blas José Zambrano García. En 1926 su familia se instala definitivamente en Madrid, y allí estudia Filosofía en la Universidad Central de Madrid, bajo el magisterio de García Morente, Julián Besteiro, Xavier Zubiri y Ortega y Gasset, filósofo este último del que se siente discípula toda su vida. Apoya la restauración de la II República, aunque declina presentarse a las Cortes por el PSOE. En 1932 sustituye a Zubiri como profesora de Metafísica en la Universidad Central, donde permanece hasta 1936. En 1939 cruza la frontera francesa camino del exilio.
En 1981 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y su localidad natal la nombra Hija Predilecta. En 1982, la Universidad de Málaga acuerda su nombramiento como doctora honoris causa.
El fin del exilio llega el 20 de noviembre de 1984, cuando retorna a Madrid después de cuatro décadas de ausencia. Según las propias palabras de la filósofa malagueña, no quiere volver hasta que su país se haya "dulcificado y liberado un tanto”. Ya en España prosiguen los reconocimientos oficiales: en 1985 la Junta de Andalucía la nombra Hija Predilecta de Andalucía; en 1987 se constituye en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre, y en 1988 se la distingue con el máximo galardón de las letras españolas, el Premio Cervantes, siendo la primera mujer en recibirlo. El 6 de febrero de 1991 muere en Madrid, y es enterrada en Vélez-Málaga. Por deseo suyo, en la lápida puede leerse una cita del bíblico Cantar de los cantares: "Surge amica mea et veni?” (Levántate ya, amada mía, y ven).
Fundación veleña
La Fundación María Zambrano tiene su sede en el Palacio Marqués de Beniel en Vélez-Málaga. Es el edificio más importante de la ciudad por su grandiosidad, belleza e influencia en la arquitectura doméstica veleña. En el siglo XIX fue juzgado y Ayuntamiento, función que ha tenido casi todo el siglo XX. Hoy día es sede de la Fundación María Zambrano. Fue construido en los primeros años del siglo XVII por don Alonso de Molina y Medrano, importante personaje de la época de Felipe II que también levantó la cercana capilla mayor de San Francisco.
El Archivo de la Fundación María Zambrano cuenta entre sus instalaciones, con una sala de exposiciones donde se muestra a los visitantes una selección de documentos originales, manuscritos, primeras publicaciones, correspondencia, fotografías, cuadros, material audiovisual, etc. que permiten al visitante acercarse a la persona y a la obra de María Zambrano de una forma amena.
La ciudad de Vélez-Málaga se asienta en el valle, que forma el río Vélez y los montes de Málaga. Éstos constituyen el borde norte de la villa, que se expande hacia el sur en dirección a la costa, dibujando un plano urbano de forma alargada. En dicho mapa se pueden distinguir dos partes principales: al norte, el núcleo original e histórico que se corresponde en gran parte con la ciudad árabe, que se organiza en torno a la fortaleza-alcazaba, y su posterior expansión y reorganización tras la conquista; y al sur, la ciudad moderna y actual, que se desarrolla a lo largo de un eje principal que lo componen las avenidas de Vivar Pérez y Rey Juan Carlos.
La ciudad originaria se caracteriza por mostrar una estructura urbana formada por calles estrechas, cuyo trazado es sinuoso para adaptarse al desnivel del terreno condicionado (ejemplos de ello son las calles Subida a Fortaleza, Cercadillo de San Sebastián, Muralla Alta...) El núcleo parte de la ubicación de la fortaleza-alcazaba y actual plaza Roja, en la que se ubica la antigua mezquita, hoy iglesia de Santa María la Mayor de la Encarnación. A partir de aquí se extienden los barrios y antiguos arrabales de Vélez-Málaga: La Villa, Arroyo de San Sebastián, San Francisco o la zona del Pajarillo, en la falda del Cerro de los Remedios, los cuales articulan en torno a las actuales plazas de la Constitución y de San Francisco y las calles Tiendas, Real de la Villa-Tres Casas, Carreras o Arroyo de San Sebastián. Destaca también el barrio del Pilar, el más septentrional de la ciudad, en torno a la plaza y calle de San Juan de Dios. Al oeste del núcleo histórico, en la zona de Cruz Verde, surge el ensanche moderno a principios del siglo XIX con el trazado del paseo de Andalucía, y las calles Reñidero, El Cerro y la Cruz del Cordero.
Sin embargo, será a partir de mitad del siglo XX cuando se produzca la verdadera expansión urbana por el sur (hacia Torre del Mar) debida, como dijimos, a la difícil orografía, convirtiéndose ésta zona, mucho más poblada, en el centro geográfico de la ciudad. El crecimiento se desarrollará a través de la calle Camino de Málaga, Camino del Algarrobo y avenidas de Vivar Téllez, Villa de Madrid y Rey Juan Carlos. La estructura edificatoria aquí está formada por manzanas regulares delimitadas por calles perpendiculares y tipología residencial de urbanizaciones (como las Real Bajo, La Mata, El Limonar, Castellano, Axarquía y Alborán). Llegan hasta las zonas industriales del polígono de La Mata y, finalmente, hasta el límite establecido por la Autovía A-7 y el núcleo urbano de Torre del Mar en el litoral.
En la parte más alta se sitúa la alcazaba andalusí (quizás califal, pero adquiere importancia a partir del XIII), de la que quedan algunos muros y la Torre del Homenaje. También restos de la muralla de la Medina (con las puertas de la Villa y de Antequera), en cuyo interior se mantiene el laberíntico trazado callejero, al pie del castillo, y donde se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor de la Encarnación. Ocupa el lugar de la antigua mezquita aljama o mayor, que es consagrada como iglesia en 1487, y conserva el alminar y elementos mudéjares (artesonados, arcos...) Cerca está San Juan Bautista, también sobre otra mezquita, pero el edificio está muy transformado (aunque quedan restos andalusíes, sobre todo en la decoración y las esferas exteriores), dominando el estilo neoclásico.
Junto a la Medina está el arrabal, llamado hoy de San Francisco, con el trazado callejero árabe, y donde se ubica el convento del mismo nombre, que también sustituye a una mezquita. Pero no queda mucho del estilo mudéjar (artesonados, pilares del claustro), destacando la barroca capilla del Buen Pastor. El barrio (hoy centro urbano, administrativo y comercial de Vélez) es sede de artesanos, burgueses y familias adineradas que dejan una serie de casas (la llamada de Cervantes), sobresaliendo el Palacio del Marqués de Beniel (renacentista, con elementos mudéjares, del XVI), sede hoy de la Fundación dedicada a la ilustre veleña María Zambrano. En otro de los antiguos arrabales junto a la Medina, el barrio de San Sebastián, que también conserva la huella andalusí, se halla la ermita del siglo XV, casi en ruinas.
Y fuera del recinto, el Hospital de San Juan de Dios, de finales del cuatrocientos, aunque bastante reformado después, conserva un patio mudéjar. Del XVI son el monasterio de Gracia, de las clarisas (instaladas en una casa de la Medina para trasladarse luego al actual edificio de la calle Monjas), que encierra una iglesia barroca y el palacio municipal, que es sede de la audiencia y de la capitanía de Granada. Del XVII datan el monasterio de Jesús, José y María (con iglesia de influencia manierista), el convento de San José de la Soledad (con fachada de ese mismo estilo) y la ermita de los Remedios (en el cerro de San Cristóbal, sede de la patrona de Vélez, cuya imagen procede de Granada) En el siglo XVIII se construyen el convento de Carmelitas, la Capilla de la Piedad (de exuberante barroco andaluz), el Pósito o almacén de grano, y la Fuente de Fernando VI (conjunto renacentista y neoclásico).
La artesanía de tradición morisca más importante es la alfarería, pero también quedan tejares nazaríes, bordados litúrgicos, talleres de lámparas, guarnicionería o vidrio. La repostería acusa, asimismo, la influencia andalusí y la gastronomía en general se nutre de la pesca y los huertos. El flamenco está presente (de aquí era el legendario Juan Breva), sobre todo los Verdiales, y las fiestas no difieren de otros lugares andaluces: Semana Santa (de interés turístico nacional de Andalucía), las Cruces (con principal punto en la Cruz del Cordero); feria de San Miguel y la Velaílla del Carmen. Aunque en las distintas entidades (Torre del Mar o Benajarafe) hay celebraciones propias.