Ermita de San Sebastián
La Ermita de San Sebastián fue levantada en la colina, al lado del cementerio, a finales del siglo XV, poco después de la conquista de los Reyes Católicos. Tiene un sencillo templete muy reformado que conserva la portada gótica de piedra. Se la denominó así por la gran devoción que tenía Isabel La Católica a dicho Santo.
En el siglo XIX era lugar de citación para comunicar a los vecinos, previamente citados al toque de arrebato, asuntos graves.